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  • Conducta suicida Nota 1: Normalicemos pedir y dar ayuda.

    El suicidio se sitúa entre las quince primeras causas de muerte en el mundo. Cada año se suicida un millón de personas y más de 20 millones lo intentan. El suicidio es un fenómeno complejo que incluye componentes biológicos, psicológicos, sociológicos, filosóficos, morales… El acto suicida que la OMS identificó en 1970 como un problema mayor de Salud Pública, ha estado siempre ligado a la historia de la la humanidad. En las últimas décadas y ante la paulatina normalización de los procesos psicoterapéuticos como componente esencial de nuestra cotidianidad, crecimiento, identidad y necesidades básicas familiares, ha habido un mayor despliegue profesional sobre cómo entender la conducta suicida y cómo abordarla. Personas de todo tipo de condiciones sociales y económicas, llegan a este descenlance complejo para ellas y quienes conviven a su alrededor, basta con recordar los casos de actores y músicos famosos que son sólo la punta del iceberg de un fenómeno que silencioso se cuela por nuestras comunidades sin que lo notemos, pues sus manifestaciones son menos evidentes de lo que creemos. Anualmente, cerca de 800 000 personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo. Cada suicidio es una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tiene efectos duraderos para los allegados del suicida. El suicidio se puede producir a cualquier edad, y en 2016 fue la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo. De acuerdo con la OMS, pese a que el 79% de los suicidios de todo el mundo se registraron en los países de ingresos bajos y medianos, la tasa más elevada (de 11,5 por 100 000 habitantes) correspondió a los países de ingresos altos, en los que, además, se suicidan casi tres veces más hombres que mujeres, frente a los países de ingresos bajos y medianos, en los que la tasa está más igualada. Cabe destacar que en promedio, se encuentra que los hombres presentan un reporte tres veces mayor a las mujeres en suicidio, es decir, las tasas de suicidio son tres veces más altas en hombres que en mujeres, mientras que estás últimas registran mayores casos de depresiones severas o reporte de ideación suicida. QUÉ ES EL SUICIDIO. La OMS define el acto suicida como toda acción por la que un individuo se causa a sí mismo un daño, con independencia del grado de intención y de que conozcamos o no los verdaderos motivos, y el suicidio como la muerte que resulta de un acto suicida (Pascual Pascual y otros, 2005). Es decir, el suicidio es la acción de quitarse la vida de forma voluntaria y premeditada. El intento de suicidio, junto al suicidio, son las dos formas más representativas de la conducta suicida. Aunque el espectro completo del comportamiento suicida está conformado por la ideación suicida: amenazas, gesto, tentativa y hecho consumado. Por tanto, se puede diferenciar entre: Conductas suicidas: Son las encaminadas a conseguir consciente o inconscientemente el acto suicida. Riesgo de suicidio: Es la posibilidad de que una persona atente deliberadamente contra su vida. Suicidio consumado: Es el acto suicida que se ha llevado a cabo con éxito. Suicidio frustrado: Acto suicida que no ha conseguido el objetivo por alguna circunstancia imprevista. Ideación suicida: Son los pensamientos y planes para llevar a cabo un acto suicida. Gesto suicida: Es dar a entender con actos, que suelen tener algún simbolismo sobre una acción suicida que se realizará. Amenaza suicida: Es dar a entender con palabras a sobre una acción suicida que se realizará. Suicidio colectivo: La conducta suicida que llevan a cabo varias personas a la vez. En este tipo de suicidios lo normal es que una persona del grupo sea la inductora y el resto los dependientes. Los suicidios en grupo, tanto si implican un gran número de personas como si sólo son dos (como un par de enamorados o cónyuges), representan una forma extrema de identificación con la otra persona. Los suicidios de grandes grupos de gente tienden a ocurrir en sectas y en situaciones con una gran carga emocional. Suicidio racional: Una persona que inmerso en una enfermedad crónica, incapacitante, deterioro progresivo, toma la decisión de que suicidarse es la solución a su sufrimiento. Intento de suicidio: Se engloban aquellos actos autolesivos deliberados con diferente grado de intención de morir y de lesiones que no tienen un final letal. El parasuicidio o lesión deliberada sería el conjunto de conductas donde el sujeto de forma voluntaria e intencional se produce daño físico, cuya consecuencia es el dolor, desfiguración o daño de alguna función y/o parte de su cuerpo, sin la intención aparente de matarse. Forman parte del parasuicidio las autolaceraciones (como cortes en las muñecas), los autoenvenenamientos (ingestión medicamentosa) y las autoquemaduras. MITOS SOBRE EL SUICIDIO. Las leyendas urbanas como los mitos son afirmaciones no probadas, realizadas por personas ajenas al conocimiento científico. Se dan por válidas en la población general. Se sustentan en generalizaciones o simplificaciones de la experiencia propia o ajena. Son “leyendas urbanas”. Si estas afirmaciones colectivas no se filtran convenientemente se pueden integrar en el conocimiento y darlas por válidas. A continuación señalo algunas de las más extendidas. 1. Los que hablan sobre suicidio no lo llevan a cabo. Hechos: De cada 10 personas que se suicidan, 9 habían advertido de forma clara sus intenciones suicidas, la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida; sin embargo, dado que estamos acostumbrados a no comunicar lo que sentimos en las familias y a que le tememos a encarar el malestar emocional personal y ajeno, preferimos hacer como la "avestruz" y no ver lo que está delante de nosotros. 2. Los que intentan el suicidio no desean morir, sólo llamar la atención. Hechos: Son personas a las cuales les han fallado sus mecanismos útiles de adaptación y no encuentran alternativas, excepto el atentar contra su vida. Tengamos en cuenta que requiere tanto valor vivir, como quitarse la vida. 3. Si de verdad se hubiera querido matar, habría utilizado un método más agresivo. Hechos: Todo suicida se encuentra en una situación ambivalente, es decir, con deseos de morir y de vivir. La elección del método dependerá de la disponibilidad. 4. Todo el que se suicida estaba deprimido. Hechos: Aunque toda persona deprimida tiene posibilidades de realizar un intento de suicidio o un suicidio, no todos los que lo hacen presentan este desajuste. De hecho, la persona con conducta suicida, resulta muy funcional a la hora de continuar con una vida social en "apariencia" bien, cosa que no ocurre igual con personas diagnosticadas con depresión mayor. 5. Todo el que se suicida es un enfermo mental. Hechos: No necesariamente hay que padecer un trastorno mental para hacerlo, aunque claramente representa un factor de riesgo. Hemos hecho tanto daño a la salud mental con la emergencia de corrientes "fast" de trabajo emocional como "consejerías o entrenamientos de pensamiento" o personas no profesionales en el área, que a veces las personas por no ir profundo en ellas en espacios profesionales, camuflan síntomas o el medio a su alrededor se vuelve insensible ante el malestar ajeno y resume la respuesta a cualquier malestar emocional como "trabaja en estar agradecida, mira lo que vales, es un problema si no estás feliz, mira la familia que tienes, deberías ver lo bueno..." 6. El suicidio no puede ser prevenido pues ocurre por impulsos. Hechos: Toda persona antes de cometer un suicidio evidencia una serie de síntomas que han sido definidos como Síndrome Presuicidal, consistente en la constricción de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad, la cual ya no es dirigida hacia otras personas y reservándola para sí mismo. POR FAVOR NORMALICEMOS EN NUESTRAS FAMILIAS Y COMUNIDADES EL PEDIR AYUDA PROFESIONAL!!! ES normal sentir, es normal no tener ganas, es normal sentir que la vida nos abruma, es normal que todos tengamos diversos recursos de afrontamiento y es normal por supuesto, buscar espacios para mejorar nuestro ánimo, actitud y recursos frente a la vida hacia algo más esperanzador y en paz. Escribiré una segunda nota sobre cómo afrontar esta situación una vez se presente en alguien cercano; si tienes alguna pregunta no dudes en dejármela. Te abrazo y NO estás solo ni sola! POR FAVOR NORMALICEMOS EN NUESTRAS FAMILIAS Y COMUNIDADES EL PEDIR AYUDA PROFESIONAL!!! ES normal sentir, es normal no tener ganas, es normal sentir que la vida nos abruma, es normal que todos tengamos diversos recursos de afrontamiento y es normal por supuesto, buscar espacios para mejorar nuestro ánimo, actitud y recursos frente a la vida hacia algo más esperanzador y en paz. https://www.who.int/mental_health/suicide-prevention/suicide-infographic-es.pdf Te abrazo y espero en psicoterapia. Carolina,

  • Sana tu relación con la comida.

    Ayer tuvimos una entrevista con Raquel Lobatón, Nutrióloga incluyente, Educadora en Diabetes y madre de 4 hij@s. Trabaja bajo la filosofía de HAES® (Salud en Todas las Tallas) y bajo el modelo de Alimentación Intuitiva. Ella cree firmemente que la diversidad corporal nos enriquece y que todos los cuerpos merecen los mismos derechos. En esta época y en el contexto de consumo que vivimos, se les vende a las mujeres y hombres la idea de salud desde la delgadez o de cuerpos "esbeltos"; hay que ver los referentes de las películas de Disney para los niños y las niñas, la obsesión por la dietas y las cirugías estéticas que cada vez tienen más adeptos, las películas que muestran que el gordo no tiene el éxito que busca en razón de su peso, y que cuando logra ser delgado, obtiene todo lo que había ansiado. Antes de la presentación del Live que tuvimos, nos dijeron que tuviéramos cuidado de no promover la Obesidad porque Raquel plantea que es necesario y saludable "acabar con la gordofobia". Tenemos tan introyectado en nuestro inconsciente la idea de las tallas grandes como algo que se debe cambiar, que a veces estamos convencidas de que delgadez es igual a salud y que una persona gorda o de tallas diversas es lo mismo que obesidad. Con esta entrevista y las que vendrán, mi llamado es a ampliar nuestras conversaciones sobre la salud y la diversidad. Vivimos amarradas a las dicótomas y buscamos movernos de un lugar a otro de ellas sin darnos cuenta de la riqueza que se queda en medio. Entonces clasificamos al mundo en: Feliz o Infeliz, Gordo o Flaco, Saludable o Enfermo, Lindo o Feo, Exitosa o Fracasada, y entonces nos enfrascamos allí y el cerebro automáticamente asocia ante ello que una cosa es positiva y la otra negativa y ahí no hay ni empatía, ni aprendizaje, ni creatividad, ni riqueza emocional y ni variabilidad conductual. Te invito a ser diversa y curiosa en tu apreciación de ti misma, en la vivencia de tus emociones, en los recursos que asumes para sanar, en la manera en la que te relacionas con otros a tu alrededor y en la manera en que piensas y crees que el mundo "es"; hay tantos contextos de la realidad humana como ojos que miran y manos que sienten. Lo cierto es que permítete ser amorosa, empática, libre, reflexiva, ética, respetuosa, justa, equilibrada y responsable cuando se trata de cuidar de tu salud, cuidar a otros y hablar de ti y del mundo. Pide ayuda siempre que una conducta te reste poder, paz, nutrientes, amor propio, autocuidado, calma, descanso, goce, reto y desarrollo integral; pide ayuda y no temas, recuerda que aquí estoy yo. Hagamos viral la empatía dejando de opinar y alabar siempre los cuerpos de los demás y de maltratar el propio. A mi consulta han llegado mujeres delgadas y "fit" absolutamente destrozadas en su autoestima y presas de los piropos que amigos y cercanos les hacen por lo "rigurosas" que son con sus "dietas y ejercicios", han llegado mujeres con cuerpos hermosos y mentes profundas sintiéndose "horribles" porque se ven muy "gordas, viejas" y desde allí no creen merecer y han llegado otras en una batalla eterna por su sobrepeso que ninguna dieta ha podido llevarse: Bulimia, Anorexia, Desnutrición, Obesidad, Ortorexia...todos esos han pasado por mi consulta. Claro que lo trabajo con un equipo interdisciplinar. Como Raquel nos contaba ayer, las dietas no sirven, lo que funciona es un estilo de vida intuitivo, equilibrado; acorde con el cuerpo, emociones, contexto, cultura, economía, necesidades, herencia genética, biología, recursos y momento vital de cada quien, en un proceso de consciencia continua. Te pido que te preguntes:⁣⁣ ⁣⁣1. ¿Cuál es la historia en tu cabeza de lo que comes?⁣⁣ 2. ¿Crees que hay comida buena y mala?⁣⁣ 3. ¿A qué entramado emocional crees que obedece un trastorno de conducta alimentaria?⁣⁣ 4. ¿Utilizas la comida como recompensa o castigo?⁣⁣ 5. ¿Qué crees que entiende tu cuerpo cuando se te da por hacer dietas?⁣⁣ El enfoque de Salud en Todas las Tallas no defiende que todas las personas, en todos los pesos, estén sanas. De solo ver el tamaño del cuerpo de alguien (delgado o gordo) no podemos hacer ninguna inferencia certera acerca de su estado de salud (cardiovascular, metabólica, mental, etc.). Y hay personas con problemas de salud o mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades en todos los pesos. Tampoco niego la correlación estadística entre IMC y ciertas condiciones de salud, lo que pongo en duda con base en una revisión crítica de la literatura científica es que dicha correlación sea equivalente a causalidad. Salud en Todas las Tallas (HAES por sus siglas en inglés) es un movimiento inclusivo que celebra la diversidad de cuerpos, honrando las diferencias de tamaño, edad, etnicidad, género y otros atributos de las personas. Es un acercamiento a la salud que valora la experiencia propia y la sabiduría del cuerpo de cada persona. Promueve una manera de comer armoniosa, placentera y en sintonía con las señales internas de hambre y saciedad, tomando en cuenta y respetando las condiciones sociales que rodean la alimentación de cada persona. No te pierdas los recursos que sugiero en mis redes sociales. Te abrazo y espero en Psicoterapia, Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • Ponerle el corazón a todo.

    Yo le pongo el corazón a todo. Y no digo sólo que lo haga con ternura, digo que me apasiono y me comprometo con todo, especialmente con entender cómo el otro necesita ser querido(a). Me apasionan los libros, la poesía, la gente diversa, el arte, la danza, los juegos infantiles, la gente que investiga, las resistencias sociales, los artesanos, los campesinos, la gente que se sana humilde e incansablemente, las mariposas, los gatos, la lluvia, la majestuosidad de la mañana y la profundidad de la noche. Ahora lo que pasa es que me apasiono tanto que en un mundo que no se compromete del todo y a veces todo se lo toma desde el prejuicio o la crítica, pues encuentro que la verdad es que no puedo esperar que los otros  me inviten a moverme para yo bailarme hasta la melodía del aire; entonces ahí he aprendido mucho. Sobre ponerle el corazón he aprendido que: 1. Ponerle el corazón no es dejarme llevar ciegamente por él, sino ponerlo a danzar con la razón, el intelecto, porque el mejor amor es un amor inteligente. 2. Ponerle el corazón es hablar mucho conmigo misma (intuición), si yo creo en un mundo ético pues tengo que empezar con mi propia ética, entonces ahí yo no lucho ni me dejo entrar en luchas, yo fluyo y soy consciente de los precios que estoy dispuesta a pagar. 3. Ponerle el corazón es observar toda la información y sentir alrededor, y tomar de eso lo que mejor sintonice con mi consciencia, espíritu y emoción, entendiendo cuándo es el ego el que me sesga y cuándo la humildad. 4. Ponerle el corazón es dejar de pretender que mi paz está en las fórmulas de la felicidad o el éxito que venden, sino que está en transitar de manera consciente por mis propias sombras y luces, rodeándome de herramientas y gentes conscientes, preparadas y sensibles. 5. Ponerle el corazón es que veo que todo cambia constantemente, y eso implica que voy cambiando y que el mundo cambia y allí las etiquetas inamovibles de "ser mujer es...ser latina es... ser exitoso es...ser feliz es...ser consciente es..." no me sirven...La rigidez mental, social, emocional, conceptual y cultural, nos hacen daño. Yo abrazo todo con su luz y su oscuridad. 6. Ponerle el corazón es que crezco desde la FE y aclaro mejor ese concepto en la meditación Pazciencia y Amor Propio que ya va a iniciar en su segundo grupo! Y es un reto profundo y contrastante, muy emotivo y provocativo y además, ya llegamos a 2 familias con alimentos. Ponerle el corazón es que yo no hablo del mundo justo que quiero ver afuera, sino que me hago responsable de construirlo. Te invito a conocer algunas herramientas: https://www.ellamigra.com/meditacion-pazciencia-y-autocuidado Le seguiré poniendo el corazón. Te abrazo y espero en Psicoterapia, Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • Sugerencias para enriquecer una Maternidad consciente.

    Sea que estés embarazada o no, a nuestro alrededor hay siempre una mujer en proceso de gestación que podemos acompañar y escuchar de manera empática. Venimos todos y todas también de ese proceso de explosión creativa que fue fundamental en nuestra primera experiencia sobre el vínculo, la confianza y la seguridad en nosotros mismos y el mundo. Acompañar y pensar los procesos de gestación en el mundo, es dotar de amor y vínculos seguros a la humanidad entera pues nos abre la puerta al primer canal de encuentro de un ser humano con el mundo; ya conocerás los impactos neuropsicológicos, emocionales, biológicos y sociales de un proceso de gestación adecuado o no, por lo cual “maternar” en tribu se vuelve fundamental para sanar nuestros propios procesos de vínculo más allá de que seamos o no madres o vivamos o no en pareja o familia. Ya escribí una primera nota sobre este tema y en esta quiero compartir algunos recursos adicionales. Vivir conscientemente es tendencia ya que implica vivir cada experiencia en atención plena, viviendo enfocado en el momento y en el lugar, aquí y ahora, estando presente. De igual forma sucede al vivir un embarazo consciente, y sólo es necesaria la predisposición para hacerlo, información y más información. La maternidad consciente es tratar de conocerse a sí misma, en esta circunstancia. Pero además de hacer este trabajo de introspección, otro importante foco de la vida consciente es la información para conocer las alternativas que existen y de esta forma tomar siempre decisiones informadas. En el embarazo, suceden muchos cambios, no sólo en el cuerpo de la embarazada sino en sus relaciones con los demás, y en su vida, incluso, es un reflejo del estado social, económico y político de los diversos grupos humanos. Muchos de esos cambios serán objeto de la plena observación durante un embarazo consciente, pero muchos otros serán producto de las decisiones informadas, como la alimentación durante el embarazo, las preferencias para el parto o, más adelante el tipo de crianza que más se ajusta a la familia. Algunos libros para abordar reflexiones en torno a una maternidad segura son: 1. La maternidad y el encuentro con la propia sombra. De Laura Gutman. 2. Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer. De Christiane Northrup. 3. El bebé es un mamífero. De Michel Odent. 4. Un regalo para toda la vida. De Carlos González. 5. Pariremos con placer. De Casilda Rodrigañez. Para parir con placer, hemos de empezar por explicar a nuestras hijas que tienen útero, que cuando se llenan de emoción y de amor, palpita con placer. Hemos de re-conquistar nuestros cuerpos y re-aprender a mecer nuestro útero, a conectar sus inervaciones voluntarias con las involuntarias; sentir su latido y acompasarlo con todo nuestro cuerpo…Las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas. De mujer a mujer, de mujer a niña, de madre a hija, de vientre a vientre…- Casilda Rodrigañez Te abrazo, Carolina.

  • Depresión: Mucho más que tristeza. Claves de comprensión y salvación.

    “No estás deprimido estás distraído, distraído de la vida que te puebla”, decía el gran Facundo Cabral. Habrá que leer la poesía en sus canciones para sentir la nostalgia de los años y el aprendizaje de un hombre que vive y observa sus emociones. Sin embargo, esa frase esconde ese afán que todos los seres humanos llevamos dentro: El de sentirnos plenamente bien y buscar a toda costa esquivar o salir de situaciones que nos generen incomodidad, tristeza, desolación o incontrolabilidad. El control es una ilusión dicen algunos, mientras otros sostienen que es posible vivir siempre en estados de felicidad. Sea cual sea tu búsqueda, tu estado de consciencia, el manejo que tengas de tus emociones y tu postura ante la vida, lo cierto es que la inteligencia emocional y la capacidad de creatividad tanto en términos neuronales como psicosociales, esta estrechamente relacionada con tu capacidad de transitar, vivir, experimentar y aprender de diversas emociones. No es sano el extremo de la euforia o la búsqueda obsesiva por mantenernos sólo en el placer, como tampoco es sano mantenernos en la nostalgia, el pasado, el miedo inmovilizante y la tristeza. Cada persona es un universo de historias, sentires y posibilidades tan único como su ADN, por tanto, los tips y fórmulas para que la mente sólo genere pensamientos positivos, son escenarios insostenibles y poco sanos en términos del desarrollo personal y el establecimiento de relaciones auténticas y profundas; hay sentires que no se solucionan solamente pensando positivo o aislándose de todo lo “tóxico” en el afuera. Realmente hay tristezas y emociones tan densas, que hay personas que por más que lo quieran y se esfuercen, les cuesta ver la vida de otros colores y sucumben ante estados de depresión. Esto no discrimina edad, sexo, condición social, postura ideológica, nacionalidad ni cultura. Sin embargo si es cierto que trabajando en la historia personal, revisando el contexto cultural y familiar en el que crecimos, descubriendo las ideas y prácticas sociales que nos limitan, conociendo nuestro cuerpo y acudiendo a espacios conscientes y profesionales, podemos entrenar nuestro pensamiento y atender nuestro cuerpo empezando por la respiración y los procesos biológicos básicos, para poder desarrollar habilidades en gestión emocional, empatía, pensamiento creativo, resiliencia, comunicación efectiva, autoestima y regulación emocional para vivir nuestra vida desde una postura responsable, amorosa, apreciativa y agradecida de nuestra vida, relaciones, historia y los retos diarios que nos vamos encontrando. La depresión es una condición real con la que muchas personas alrededor del mundo conviven siendo una de las 3 primeras causas de incapacidad laboral, deserción escolar y hospitalización psiquiátrica en el mundo de acuerdo con la OMS; hay que decir que son especialmente las mujeres quienes son diagnosticadas con esta condición. Pero vamos a entenderla un poco más…. ¿Qué es la depresión? La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. La depresión corresponde a su vez, a una serie de condiciones neuropsicológicas (unipolar y bipolar), que puede comprender sintomatología psicótica, tanto en el cuadro agudo como en los periodos inter-críticos, e involucra el funcionamiento del área cortical frontal y sus circuitos principales (amígdala, hipocampo, tálamo, circuito límbico). La depresión es un trastorno mental muy frecuente que puede comenzar a cualquier edad y que en los casos más graves puede incluso llevar al suicidio. Aunque la probabilidad de padecer esta patología aumenta con la pubertad, la edad media de aparición del trastorno se sitúa en torno a los 35 años, siendo su prevalencia más alta en mujeres que en hombres. La duración de los episodios depresivos es muy variable y, aunque la mayoría se recupera en uno o dos años, cerca del 15% presenta un curso crónico. Este curso crónico está relacionado con otros trastornos mentales como pueden ser los trastornos de personalidad, los trastornos de ansiedad o el consumo de sustancias, entre otros. En el curso del trastorno depresivos se pueden distinguir seis estadios: Respuesta al tratamiento: la gravedad de los síntomas se reduce en más de un 50% respecto al nivel inicial del trastorno. Remisión parcial: siguen apareciendo algunos síntomas, pero estos son menores. Ya no se cumplen los criterios diagnósticos de depresión y han transcurrido menos de dos meses desde que se dio el último episodio. Remisión total: los síntomas han desaparecido durante al menos los dos últimos meses. Recuperación: la remisión se mantiene durante más de seis meses recuperando el funcionamiento normal. Recaída: reaparición de síntomas depresivos durante el periodo de remisión. Recurrencia: aparición de un nuevo episodio con síntomas depresivos. ¿Cuáles son los síntomas depresivos? Aunque el síntoma más representativo de la depresión es la tristeza no es el único ya que también pueden darse síntomas anímicos, motivacionales o conductuales, cognitivos, físicos o interpersonales. Así, la sintomatología depresiva puede clasificarse en: Síntomas anímicos: tristeza, irritabilidad, incapacidad para sentir, sensación de vacío, ansiedad, etc. Síntomas motivacionales y conductuales: anhedonia (incapacidad para sentir placer de tareas que anteriormente resultaban placenteras), apatía, abulia (falta de voluntad o energía para hacer algo), retardo psicomotor, inhibición conductual, etc. Síntomas cognitivos: dificultades importantes en las funciones ejecutivas y en las capacidades cognitivas como memoria, atención, concentración, velocidad de procesamiento, distorsiones cognitivas, pensamientos de inutilidad y culpa, etc. Síntomas físicos: alteraciones del sueño, alteraciones del apetito, deseo sexual inhibido, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, malestar gastrointestinal, etc. Síntomas interpersonales: relaciones interpersonales deterioradas producidas, en muchos casos, por el rechazo que generan en los demás las personas que padecen depresión, debido a sus múltiples quejas y falta de motivación. Enfocándonos en los síntomas cognitivos algunas de las capacidades cognitivas y funciones ejecutivas que primero se deterioran en personas con depresión son: Atención: capacidad de generar, seleccionar, dirigir y mantener un nivel de activación adecuado para procesar la información relevante. Velocidad de procesamiento: capacidad que establece la relación entre la ejecución cognitiva y el tiempo invertido. Permite procesar información de forma rápida y automática. Aprendizaje: transformaciones relativamente estables en el comportamiento suscitadas por distintas experiencias que dan lugar a la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades. Memoria: registra y almacena las distintas experiencias, ya sean ideas, imágenes, acontecimientos, etc. Razonamiento: capacidad para resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los acontecimientos de manera que podamos establecer relaciones causales y lógicas. ¿Qué causa la depresión? Existen múltiples factores que causan la depresión; la influencia genética es uno de los factores más importantes, aunque no el único ya que también puede verse influida por factores bioquímicos, factores personales o ambientales. ¿Cómo se trata la depresión? Existen diferentes tratamientos que se han mostrado eficaces para la depresión entre los que se encuentran la terapia neuropsicológica, la terapia narrativa y la terapia combinada (tratamiento psiquiátrico, actividad física, psicoterapia, nutrición y en algunos casos). Antes de prescribir cualquiera de los tratamientos es importante realizar una evaluación neuropsicológica completa que nos permita obtener datos de interés para luego tomar decidir el tratamiento idóneo en cada caso. Mucha gente que ha llegado a mi consulta ha intentado muchas estrategias entre las que se encuentran sesiones de coaching, consejerías, mentorías y uso de fármacos o antidepresivos auto-medicados! Los fármacos son el tratamiento más prescrito para la depresión a pesar de los efectos secundarios que conllevan. Suelen utilizarse los antidepresivos inhibidores selectivos de la receptación de serotonina ya que mejoran los síntomas y reducen los efectos secundarios en mayor medida que otros medicamentos. Es necesario anotar que, al intentar esa combinación de tratamientos no profesionales en el caso de consejerías o tratamientos no prescritos por profesionales en salud mental expertos en depresión, las personas no están atendiendo la importancia de trabajar y enfocarnos en el entrenamiento conductual desde una perspectiva emocional, cultural y neuropsicológica. Si estas pasando por momentos de tristeza profunda y te identificas con síntomas de depresión, recuerda que es normal sentir y tienes derecho a vivir cada emoción como lo sientas; no recurras desesperadamente a cualquier tratamiento o consejería, atiende tu salud mental en manos profesionales psicosociales, amorosos, conscientes y con tratamientos integrales que vayan más allá de la receta de medicamentos y de sesiones de consejería. ¿Cómo puedo ayudar a un ser querido que está deprimido? Si conoces a alguien que tiene depresión, lo primero que debes hacer es ayudarla a ver un médico o profesional en salud mental. Ofrécele apoyo emocional, comprensión y escucha sin juicio ni consejo. No compares su historia con la tuya ni con la de nadie más. Nunca ignores ningún comentario sobre el suicidio e infórmale a su terapeuta o médico. Invítale a salir a caminar, pasear o a otras actividades. Si ella no acepta tu invitación, sigue intentando, pero no le presiones para que haga demasiadas cosas demasiado pronto. Recuérdale que la depresión desaparecerá con el tiempo y el tratamiento. ¿Cómo me puedo ayudar si estoy deprimida? A medida que continúe el tratamiento neuropsicológico, poco a poco comenzarás a sentirte mejor. Trata de hacer las cosas que solías disfrutar antes de estar deprimida. No te presiones y recurre a espacios y profesionales en salud mental, por supuesto yo estoy aquí para escucharte y trabajar juntas. Otras cosas que pueden ayudar incluyen: Divide las tareas grandes en tareas pequeñas, y haz lo que puedas cuando puedas. Trata de no hacer demasiadas cosas a la vez. Pasa tiempo con otras personas y habla con un familiar o amigo sobre lo que sientes. Retrasa tomar decisiones importantes hasta que te sientas mejor. Habla sobre tus decisiones con otras personas que te conozcan bien. Práctica alguna actividad física o que implique movimiento en tu cotidianidad. Consume alimentos ricos en vitaminas, naturales, no procesados, poca azúcar y cafeína, evita y elimina el uso de sustancias psicoactivantes. Te espero en mis espacios psicoterapéuticos. Carolina,

  • Tiempo para elegir y expandir el gozo en ti! Yo y la cuarentena.

    Estar en cuarentena o verse obligado a estar segregado y aislado de la comunidad, familia, trabajo y rutina cotidiana ha sido una experiencia contrastante que le implica a la mente, el cuerpo y las emociones ponerse en un escenario retante, inesperado e incierto; a raíz de ello, han llegado personas a mi consulta con experiencias o cuadros de estrés, angustia, ansiedad, depresión y otras consecuencias en salud mental. Entonces: ¿Cuáles son esas consecuencias? y ¿Cómo se pueden manejar? ¿Qué pasa en la mente durante la cuarentena? Según Samantha Brooks del King’s College de Londres cuando alguien es privado de su libertad, por motivos de salud, desarrolla reacciones muy variadas, normales y en general manejables, dentro de esas circunstancias. Las experiencias más comunes se relacionan con la Ansiedad, la Depresión, el Pánico y la Rabia. Estas experiencias se expresan de manera mental, emocional y física desencadenando una serie de sensaciones, estados de ánimo y pensamientos repetitivos (en muchos casos catastróficos) relacionados con la potencial perdida de estabilidad laboral, personal, familiar, social, económica y de pareja; el miedo a perder la salud, el empleo, el impulso económico, los vínculos sociales, el estado nutricional e incluso la propia vida o la de nuestros familiares, surge como expresión de la incertidumbre generada por las medidas de aislamiento. Si bien muchas personas transitan este tiempo como una oportunidad de descanso y desarrollo de otras actividades en casa, un gran número de mujeres y hombres de diferentes condiciones, contextos sociales, orígenes y edades, están entrando en episodios de ansiedad con el paso de los días; algunos de ellos pueden tener como consecuencia incluso, el desarrollo del síndrome de estrés postraumático (SEPT). La experiencia y vivencia de este tiempo de cuarentena va a depender y también variar, según la persona transite sola o en compañía de soporte social, médico y/o familiar este tiempo. En términos generales los pasos emocionales que dan curso en esta cuarentena son: La llamada: ¡Hay un nuevo virus en China! Empiezan los rumores, las especulaciones, la desinformación, las redes sociales revientan en voces de aliento y catástrofe. Empezamos a sentir que esto circula por el mundo. Negación: Entramos en un momento en el que no creemos que lo que sucede se va a extender, pensamos: Esto no va a ocurrir acá, todo pasará rápido, esto no es tan grave, alguien está detrás de todo esto y se revelará, nosotros somos inmunes a esto, no tenemos tiempo para pensar en eso. Rabia: Ante la inminencia de los sucesos una crisis de mi Yo controlador surge y se expresa en cosas como: ¿Por qué no se han tomado medidas antes?, ¿Por qué todo se junta y me pasa esto justo ahora?, ¿Cómo van a tomar esas medidas?, Todo sería distinto si yo hubiera tomado precauciones, ¿Por qué mi familia o seres queridos actúan así? Miedo: El miedo como una de las emociones básicas de los seres humanos surge en manifestaciones físicas y de pensamiento ante amenazas y peligros del medio; en un momento, este miedo se convierte en pánico y me inmoviliza en mi capacidad de pensarme y moverme independientemente de las circunstancias: ¿Qué me va a pasar?, todo se va a acabar, nos será muy difícil recuperarnos de esto, ¿Cómo voy a sobrellevar mis procesos si justo ahora pasa esto? Aceptación: Cuando nos permitimos nombrar las emociones, dudas, temores, pensamientos y preocupaciones que tenemos e ir contactando con fuentes y personas FIABLES, PROFESIONALES, AMOROSAS y SEGURAS, entras en un proceso de contención en el que puedes decantar y decir lo que vives y sientes, así como conectarte con otras posibilidades. Nuevos hábitos y confianza: El silencio y el aislamiento nos pone en la tarea de conectarnos con nosotros mismos y con nuestras emociones, nos confronta con el maravilloso desafío de reinventar nuestra cotidianidad, de reinventarnos en nuestras prácticas de autocuidado y en nuestras relaciones personales y familiares. Acá entra la creatividad y el gozo de saber que somos resilientes y podemos atravesar desafíos emocionales de la manera más amorosas hacia nosotros mismos. La pandemia pasa: Hemos descubierto nuevas maneras de relacionarnos, hemos usado la virtualidad para estrechar los lazos con los que amamos o dejamos de hablar antes de que todo sucediera; hemos dedicado tiempo para leer, pensar, meditar, ejercitarnos, escribir, ilusionarnos, orar, hacer proyectos, ordenar, inventar recetas y explorar nuestro cuerpo, placer, vida, sueños y relaciones. Sabemos que no se trata de que todo se vuelva más fácil, sino que somos dueños de nuestra capacidad de esperanza, reinvención, gozo, conexión, pasión, creación y amor desde las acciones íntimas, cotidianas, silenciosas, honestas, auténticas y sencillas. ¿Cómo aprovechar la cuarentena para conectarme con el gozo vital? Hay mucho por hacer, y al final todos vamos a terminar siendo mejores personas que antes de la cuarentena y si una pérdida llega, tendremos personas y medios empáticos a nuestro alrededor para cuidarnos y alentarnos. La gran mayoría de los individuos y las familias terminan adaptándose bien, del mismo modo, como la mayoría de las personas que experimentan un trauma, terminan superándolo sin síntomas de SEPT. Nunca antes los elementos de mindfulness, autocompasión y de psicología fueron tan trascendentales en la salud pública y el bienestar individual y familiar. Aquí unas ideas, basados en la evidencia científica, para pasarla lo mejor posible durante la cuarentena: 1. Aceptación Perdemos tiempo y energía psíquica peleando porque esta situación se está presentando. Y preguntándonos demasiado ¿por qué? o ¿por qué a mí? Desde luego que como humanidad y como individuos debemos reflexionar y aprender muy bien las lecciones sociales, medioambientales y epidemiológicas de esta pandemia y vale la pena dedicar un tiempo a reflexionar, cada uno o en familia, sobre estas preguntas. Reflexionar constructivamente sí; reprochar paranoidemente, no. Quien resiste y fantasea es tu ego, así que recuerda que todo pasa y no te pasa sólo a ti ni es el mundo en tu contra. También es importante que, si tu eres una persona muy positiva y los demás no lo son, entiendas que no eres más evolucionado…Respeta, asume y suelta los procesos emocionales que hay en el ambiente. 2. Vive el presente Al estar en confinamiento, vive un día a la vez y cada día lo mejor posible. Recuerda que todo va a terminar y nada se queda para siempre. Un día a la vez, tomando y soltando, haciendo belleza del caos. Busca deliberadamente el gozo y el placer a través de la comida, tu cuerpo, tu hogar, las llamadas a la distancia, la pintura, los libros pendientes, los mismos a los que amas, los tiempos en silencio en tu cuarto, las series inspiradoras, la ayuda a alguien que lo necesite enviando oración, alimentos, ropa o apoyo moral. Todo el tiempo deberíamos vivir en consciencia del presente, y esto vino a recordarlo. 3. Maneja el tiempo Vive lo mejor posible cada momento presente, cada día. El tiempo no te rige, no es tu dueño, tú eres el artista del lienzo del presente. Ponte la meta de compartir tiempo con los que amas cerca o lejos, de crear para tu cuerpo, paladar y sentidos, traza metas diarias y semanales. Un día a la vez, con la consciencia de siempre: De la profundidad del presente. Si estás pasando por situaciones de riesgo, en urgencia de vida contacta a personas y organizaciones que te apoyen y protejan. 4. Mantén tu actividad física Planea todos los días sesiones de ejercicio físico en tu horario de actividades. Los humanos tenemos años de evolución en un sistema nervioso que se recrea todo el tiempo, así que hagamos honor a la creatividad en casa. Tu cuerpo es tu máquina, tu cuarto tu gimnasio. 5. Medita Nunca antes como ahora se hace tan palpable la necesidad en salud pública de que todas las personas, independiente de su nivel educativo, cultura o estrato socioeconómico, conozcan y practiquen arduamente algún ejercicio de mindfulness o atención plena. Está comprobado científicamente que la meditación tipo mindfulness es la mejor herramienta que existe para reducir el estrés 6. Permanece en conexión emocional Es trascendental combatir la ansiedad, la depresión y la irritabilidad generadas por el aislamiento, con una mayor conexión humana. Contacto humano significativo hacia afuera con videollamadas cálidas y amorosas con familiares y amigos, estén o no en la misma situación, ¡acciones sociales a través de redes sociales y por supuesto… Cuentas conmigo! No olvides conectarte contigo a través del deleite de los sentidos, el cuidado de tu cuerpo, pensamiento y salud, la limpieza y armonización del espacio en el que vives, la delimitación de tus tiempos de teletrabajo, ocio y preocupación, la conexión espiritual con tu intuición y el movimiento constante de tu mente y cuerpo. Descubrirás cuánto puedes crear sin salir de casa! 7. Haz un acuerdo de paz familiar La irritabilidad es una reacción normal ante la cuarentena. Cualquiera, aún en el mejor de las disposiciones, pierde la paciencia al verse obligado a estar confinado en un espacio reducido, sin poder salir, las 24 horas del día, por dos o tres o más semanas. Trabaja los roces al interior de tu familia con redes de amigos, profesionales y pactos de amor, ternura, tiempo fuera, respeto por los tiempos y procesos personales, juegos de mesa, cuidado por los vulnerables y conversaciones pausadas, respetuosas, sencillas y claras. Te abrazo y espero en Psicoterapia, Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • El mensaje del miedo: Biología y consciencia.

    Una emoción básica que nos ha servido como especie para evolucionar y como individuos para tomar riesgos, a veces se tiraniza y nos paraliza llevándonos incluso a desarrollar cuadros complejos de pánico, ansiedad, compulsión, evitación, angustia, aislamiento y obsesión. Para muchos, es el “fantasma” debajo de la cama y la sombra al margen de nuestros pensamientos. ¿Qué es el miedo? El miedo es una sensación angustiosa provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Es una reacción que comienza con un estímulo estresante y termina con la liberación de sustancias químicas que causan, entre otras cosas, que el corazón y la respiración se aceleren o que el cuerpo se ponga tenso. El miedo suele provocar comportamientos propios de la respuesta de estrés y una respuesta conocida como de lucha o huida. Sin embargo, este es un fenómeno complejo que no siempre se manifiesta exactamente del mismo modo ni tiene las mismas causas. La idea de “vivir sin miedo” o “liberarse de miedos” es valiosa sin embargo un tanto irreal, dado que al ser una de las emociones básicas, está codificada como parte del ADN de nuestra esencia biológica; sin embargo, lo que SÍ es real, es que podemos tomarlo, vivirlo, experimentarlo y transformarlo en una FUERZA CONSCIENTE para mantener alerta nuestros sentidos en dirección hacia el movimiento evolutivo y en armonía con nuestro bienestar. Las bases fisiológicas: El cerebro humano es un órgano profundamente complejo. Más de 100 millones de células nerviosas forman una intrincada red de comunicaciones que son el punto de partida de todo lo que sentimos, pensamos y hacemos. Algunas de estas comunicaciones conducen al pensamiento y a la acción conscientes, mientras que otras producen respuestas autónomas. La respuesta autónoma del miedo, es decir, la que no activamos de manera consciente, surge mucho antes de que nuestra razón haya podido decidir nada al respecto. Son muchas las áreas cerebrales relacionadas con el miedo. Estas son las más importantes: Tálamo: decide dónde enviar datos sensoriales entrantes (de ojos, oídos, boca, piel) Córtex sensorial: interpreta los datos sensoriales. Hipocampo: almacena y recupera recuerdos conscientes; procesa conjuntos de estímulos para establecer el contexto. Amígdala: decodifica las emociones; determina la posible amenaza; Almacena recuerdos de las emociones y del miedo. Hipotálamo: activa la respuesta de "lucha o huida". Esta base biológica, se conjuga y complementa con lo que social, cultural y familiarmente hemos aprendido sobre miedo: ¿Cuáles fueron tus primeras experiencias de miedo? ¿Qué ha sido lo más miedoso que has hecho y sentido? ¿Cómo recuerdas que se ha vivido el miedo en tu familia? Con tus hijos y los niños que te rodean, ¿cuáles son las historias de miedo que se manejan? ¿Cuáles son los principales miedos que como mujer experimentas? Si el miedo fuera un personaje, ¿cuál sería? Nuestras historias de miedo (personales, de pareja, familiares, sociales y culturales) tienen una historia particular, unos intereses, un componente de imaginación y ficción que puede llegar a configurarse como amenaza y que es importante entender y profundizar en espacios conscientes y profesionales para intervenir de manera adecuada. El mensaje del miedo: Hay algo cierto en el miedo y es que tiene su propio ritmo y poética. Cuando lo confrontamos y le damos el lugar de compañero y le quitamos el lugar de líder tirano, nos permite descubrir la belleza de los retos, la ternura de los vínculos, la urgencia de los abrazos, la importancia de la ética y la estética en la interacción con el otro y uno mismo, los intereses ocultos detrás de los egos, los poderes que creíamos imposibles de alcanzar… También claro, nos devela fantasmas ocultos de nuestro inconsciente, nos confronta con sombras del mundo y nos marca la distancia entre el real amor y el apego. Las lecciones zen sobre el miedo son también lecciones sobre el ego. Dicen los maestros de esa disciplina filosófica que, si el ego tuviera motor, el miedo sería su combustible. Para ellos, en realidad no se puede hacer un gran inventario de miedos, sino que estos se reducen a solamente tres. Y los tres tienen que ver con lo que llamamos “yo”. Esos 3 miedos básicos que derivan en otros escenarios son: 1. Miedo a la muerte: Invitación a Conservar la vida 2. Miedo a Perder el Yo: Invitación a comprender el sentido trascendente de nuestra vida 3. Miedo al Sufrimiento: Invitación a comprender el dolor y la felicidad como experiencias paralelas y enriquecedoras lejanas al sufrimiento y el irrealismo emocional. Luego te hablaré de estos miedos. ¿Quieres compartirme tus experiencias sobre el miedo? No dudes en escribirme. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • Duelo migratorio y emociones en migración.

    “Yo soy una desarraigada nata. Yo voy conmigo a todas partes. Mi mundo soy yo, mis sueños. Cuando voy a un país o a cualquier sitio, yo lo transformo en lo que a mí me interesa, y dejo lo que no me interesa: no lo veo.” Ana María Matute "Mis abuelos nacieron en Francia, migraron a Colombia y yo ahora estoy en Bruselas"; " Mi mamá nació en el campo, en el sur de Chile, por falta de oportunidades, vinieron a Santiago y acá estamos"; "La situación se puso difícil, empezó con crisis políticas, luego sociales, luego la comida, luego la violencia, salimos de este pedazo de Venezuela y Colombia, ahora estamos en Alemania"; "Lo conocí como AuPair y nos enamoramos, sólo teníamos en común el inglés y al final decidí casarme con él y vivir en su país, acá estoy, en Holanda aprendiendo de cero todo, empezando por el idioma"; "Apliqué a un trabajo desde México y me salió en Alemania, realmente hemos trabajado y vivido en varios países" Hay muchos motivos para migrar, y tantas historias y emociones particulares como seres humanos que emprenden el viaje y se mudan de vida y relaciones. No hay un proceso de migración igual a otro, aunque podamos hablar de condiciones y situaciones marco generales. La migración es el fenómeno de moverse temporal o definitivamente del lugar habitual de residencia hacia un nuevo lugar de acogida dentro del propio país o a través de fronteras internacionales. Migrar remueve como pocas experiencias en la vida, nuestros anclajes vitales y nos encara con todo lo claro y oscuro de nosotros mismos; nos pone de frente, al desnudo y en honestidad con nuestros miedos, sueños, visiones, dolores, alegrías y nuestro Ser. Nos encuentra con la profundidad humana y belleza del amor en su máxima expresión, porque es a través de él, que nos embarcamos en un viaje de auto-descubrimiento, encuentro con la diferencia y agenciamiento de la propia vida más allá de las circunstancias. Independientemente de si vuelves a tu lugar de origen, la migración te marcará para siempre en un antes y un después, no serás la misma alma que fue y regresa, tendrás una identidad llena de matices, sabores, olores y sentires. La migración es profundizar en tus raíces (familiares, inconscientes y culturales) y sanar lo que ya no está, lo que se ha ido para siempre, lo que te costó y la que fuiste... es Ser tu hogar y hacer de cada morada un profundo presente de posibilidades. La Migración es agrandar tus alas, para integrarte a ti misma como un ser sexual, espiritual, biológico, social, cultural, revolucionario, pensante, sensual, mental y emocional. La migración te esta invitando a que sueltes el control, a que te abras a la humildad, a que cultives la paz-ciencia, a que no huyas de tu dolor ni de la incomodidad porque a donde sea que vayas cargarás contigo como único equipaje, a que vivas todas las emociones sin aferrarte a la no sana intención de mantenerte sólo en la alegría o en la tristeza. La migración es un acontecimiento importante en la vida, que influye profundamente en la psique de los seres humanos. Por ello, este fenómeno supone un factor de riesgo para la salud mental. Pero para que el tratamiento de las alteraciones psíquicas que conlleva el proceso migratorio pueda resultar eficaz, es necesario un conocimiento de la cultura de origen del inmigrante, de sus valores y de su concepto de salud. Esta experiencia de cambio lleva a la persona a trabajar en dos direcciones: la adaptación a lo nuevo y desconocido y la elaboración del duelo. Cada proceso de duelo es diferente, y el logro de estos objetivos se verá influenciado por características personales, las condiciones de la migración, el país de destino, el apoyo social, la nacionalidad, la edad, entre otros factores. El duelo, la ansiedad, la depresión y el estrés son las principales experiencias que las personas experimentan en el marco de los procesos migratorios. Estas condiciones de salud mental han despertado el trabajo cada vez más articulado y urgente de organizaciones locales, profesionales y proyectos internacionales en materia de derechos humanos y desarrollo económico. La integración activa a las dinámicas locales del país receptor está estrechamente relacionada con la motivación, la salud mental y física y la oportunidad de desarrollar, fomentar y adquirir habilidades que aporten al desarrollo personal y a la construcción de redes transnacionales. En los espacios de intervención individual y grupal de Ella Migra abordamos herramientas y estrategias para gestionar nuestras emociones de manera efectiva y afectiva en el proceso migratorio. Habrá que prestar especial atención a los factores de vulnerabilidad que puedan marcar el proyecto de migración y de vida de la persona, procurando siempre entender que el duelo migratorio es un proceso muy peculiar: – Es un duelo múltiple: como decíamos antes, durante la migración se dejan atrás muchas cosas (familia, amigos, idioma, costumbres, nivel social, roles profesionales, roles familiares, prácticas de relación y alimentación, actividades sociales y culturales…). – Es un duelo parcial: al contrario que las pérdidas por muerte, en el duelo migratorio la pérdida no es irreversible. Esto, junto a las emociones contradictorias marcadas por un lado por la nostalgia y por el otro por las expectativas que idealizan la nueva situación hacen que sea un proceso ambiguo y agridulce. – Es un duelo recurrente: es una experiencia que se reactiva muy a menudo con cada llamada del país de origen o visita al mismo, cada referencia a la propia cultura… El duelo migratorio es el gran “estar entre” dos países, dos culturas, dos grupos de personas, dos planteamientos vitales, dos emociones enfrentadas… Afrontando las ganancias y pérdidas, los riesgos y beneficios que supone la nueva situación poniendo a prueba nuestras capacidades de adaptación y preparación psicológica para el cambio. Habrá veces que se necesitará una ayuda a nivel psicológico y social por las circunstancias que rodean el proceso de duelo migratorio y lo que éste haya supuesto en relación a los recursos personales. Dentro de mi quehacer como psicoterapeuta en los últimos años, me han llamado la atención estás reflexiones de mis consultantes, que son muy claves para pensarnos el proceso de migración: Crisis no solo es sinónimo de oportunidad. Esta distinción utilizada mucho en líneas de trabajo como el Coaching no es aplicable a la naturaleza de la estructura psíquica de los seres humanos, aunque la podemos implementar si lo que queremos es programar nuestro pensamiento. Para muchas personas en sufrimiento emocional o con cuadros de emociones complejas y difíciles de tramitar a lo largo del tiempo, no siempre la crisis les esta mostrando oportunidad para que se mantengan en su camino; por el contrario les esta mostrando que requieren terminar para siempre con una relación o situación, volver al lugar del que partieron o la entrada a una crisis mayor; por supuesto con el tiempo lo veremos como una oportunidad, pero cuando la persona se encuentra en estado de crisis, lo más prudente es entender la herida que la crisis está recordando o tocando, sanarla, abrazarla con empatía y luego decidir lo siguiente. El aprendizaje depende también de un estado emocional, así que primero dispón tu alma con profundo amor propio. El auto-conocimiento en potencia. Diría Neruda, "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos". Migrar nos pone en el centro de nosotros mismos y en el marco del mundo representado en nuevos acentos, maneras de relacionarse, experiencias culturales, emociones y maneras de nombrarlas y vivirlas. Nos hace transitar por el famoso libro de "Los 4 acuerdos" y nos hace hacer una maestría en cambio y liderazgo. Si en algún momento decidimos regresar, nos pone de nuevo con nostalgias de lo que fue y de cómo la vida con su paso y nuestras decisiones, nos va cambiando a nosotros, a quienes nos rodean y a quienes dejamos al migrar... ¿Hacia dónde te están llevando tus decisiones? La emigración idealizada. A través de los medios de comunicación se ofrece una imagen idealizada de la migración. Se dibuja como un Erasmus, una aventura que lleva implícita un eslogan subliminal que asegura que fuera se vive mejor. Estas ideas hacen que perdamos de vista las complejidades que supone la adaptación a otro país, otra cultura y en muchas ocasiones, otro idioma. Muchos expatriados o inmigrantes, al ver que su cotidianidad no es como esperaban, se preguntan: "Pero, ¿qué estoy haciendo mal?". Parte de mi trabajo consiste en dejar claro que no son los únicos que se sienten así y que lo que les sucede es normal; que estamos haciendo lo que podemos y en la medida en que: paremos, bajemos el ritmo, nos habitemos e integremos primero con nosotros mismos, definamos nuestros valores y sueños y aprendamos a apreciar, agradecer, sentir y no tomarnos todo personal; podremos desarrollar habilidades de auto-conocimiento, resiliencia y gestión emocional para hacer de la experiencia migratoria una manifestación de abundancia y realización a todos los niveles. El perfil de quien busca ayuda. Las personas que buscan terapia no suelen ser siempre, recién llegados a sus países de acogida. Al principio, los inmigrantes están tan concentrados en su integración que, en cierto sentido, se desconectan de lo que ocurre en su interior. Es con el paso de los años, cuando ya han conseguido varios objetivos, cuando empiezan a sentir un malestar incierto, que puede deberse a varias razones. Nos seguimos leyendo. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • Siento que no duermo lo suficiente: Insomnio y cómo abordarlo.

    *Ninguna de las siguientes recomendaciones reemplaza un abordaje directo con tu médico y psicólogo. Es el trastorno de sueño más frecuente en la población general dado que vivimos en un mundos social lleno de factores estresantes que alteran nuestras rutinas de descanso: los cambios migratorios, las dificultades en relaciones interpersonales, los cambios alimenticios, la presencia de diagnósticos particulares, las rutinas laborales, los viajes constantes, la presión social, entre muchas otras, son las causas que nos afectan el buen dormir. En general el Insomnio consiste en una reducción de la capacidad para dormir, pudiendo manifestarse de diversos modos que dan lugar a diferentes tipos de insomnio, entre éstos: Insomnio de inicio: problemas para iniciar el sueño en menos de 30 minutos. Insomnio de mantenimiento: Problemas para mantener el sueño, produciéndose despertares nocturnos de más de 30 minutos de duración, o despertando definitivamente de manera precoz consiguiendo un tiempo total de sueño escaso. La falta de sueño puede afectar de modo negativo a la vida de la persona que lo sufre, provocando deterioro social, ocupacional, biológico o de otras áreas importantes. El número de horas de sueño necesarias varía de unas personas a otras. Aunque la media diaria es de 7 horas y media, existe un rango que oscila entre 4 (“poco dormidores”) a 10 horas, considerándose estos valores dentro de la normalidad. Según el tiempo de evolución, el insomnio puede ser: temporal (sólo unos días o semanas), o crónico (meses o años). Existe una mayor vulnerabilidad en ciertas características de la personalidad al entrar en este círculo de preocupación y ansiedad al tratar de quedarse dormido, y se trata de personas con mayor tendencia a la preocupación, con tendencia pesimista, perfeccionistas y exigentes, con necesidad de mantener todo bajo control, dificultad de exteriorizar sus problemas, entre otras. CAUSAS DE INSOMNIO Causas Médicas: Condiciones metabólicas y hormonales, neurológicas, reumatológicas, digestivas, cardiovasculares y todas aquellas que pueden interrumpir el sueño por dolor –fibromialgia, cefaleas, etc- o urológicas por la necesidad urgente de micción –infecciones, próstata, renales. También hay que considerar el embarazo y la menopausia. Condiciones psiquiátricas (ansiedad, depresión, esquizofrenia, etc), así como otras enfermedades del sueño que contribuyen a dormir menos o peor (síndrome de piernas inquietas, síndrome de apnea de sueño, parasomnias, etc). Causas externas: Suelen implicar factores ambientales que influyen de modo negativo sobre el sueño: (malos hábitos de sueño, uso y abuso de sustancias y medicamentos, trabajos por turnos o viajes frecuentes transoceánicos, estrés laboral, estrés migratorio, duelos, etc). ¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AFRONTAR EL INSOMNIO? 1. Evitar practicar ejercicio intenso antes de acostarse. El deporte genera endorfinas que pueden dificultar el conciliar el sueño de forma inmediata, por lo que no está recomendado a partir de las ocho de la tarde. Sí está indicado durante el día, ya que la actividad física moderada ayuda a estar en forma y a dormir mejor. Por el contrario, puedes implementar alguna práctica de meditación, respiración profunda o mindfulness relacionada con el mínimo movimiento, contemplación y consciencia corporal. 2. Crear un ambiente relajado en el dormitorio. La estancia debe estar acondicionada para facilitar el reposo. Es conveniente regular la intensidad de la luz y evitar la radio, la televisión u otros dispositivos que no contribuyan a crear un clima de relajación. Evita utilizar la cama para tareas académicas, laborales o de uso de dispositivos electrónicos. 3. Evitar objetos y factores que puedan despertarnos. Es aconsejable retirar del dormitorio los móviles, cerrar las ventanas para evitar los ruidos del exterior y bajar las persianas para que el exceso de luz no interrumpa el sueño. No es conveniente que las mascotas duerman en la misma estancia: pueden moverse o emitir sonidos que nos desvelen. 4. Establecer rutinas positivas asociadas al sueño. Intentar ir a la cama siempre a la misma hora y después de una ducha con agua templada son hábitos saludables que ayudan a preparar la mente para el reposo. Además, según algunos expertos, “la ducha incrementa la temperatura corporal, a lo que sigue un enfriamiento compensatorio que ayuda a conciliar el sueño”. 5. Acudir a elementos naturales que pueden ayudar al sistema nervioso a relajarse. Cuando el insomnio sea ocasional, la fitoterapia puede ser una solución. La valeriana es tranquilizante e induce al sueño. La pasiflora ayuda a mantener el sueño, por lo que se recomienda a gente que se despierta a lo largo de la noche. La amapola de California también evita los despertares precoces. Así mismo, la esencia de lavanda y mandarina pueden ser útiles. 6. Utilizar técnicas de recapitulación. Cuando la causa del insomnio sean los pensamientos recurrentes por preocupación, planeación o evitación de situaciones, recurre a anotar todo lo que en el momento pienses. Continúa escribiendo todo lo que pienses, y has un diario de tus pensamientos y conversaciones internas. 7. Descartar causas neurológicas y trastornos biológicos asociados. En algunas ocasiones los trastornos de sueño están relacionados con situaciones que requieren abordaje interdisciplinar entre médicos y psicólogos, como por ejemplo el bruxismo o la apnea; es importante que hagas un seguimiento a la calidad de tu respiración y relajación corporal mientras duermes, por lo cual puedes pedir a alguien de confianza que te ayude con esa observación. También recuerda: NO TE AUTOMEDIQUES y acude a un especialista. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • ¿Y cómo le hago con esta ansiedad?

    “Cuando vivía en Perú no me sentía así. Al llegar a Alemania empecé a evitar el contacto con la gente y a sentir temblor y sudor cada vez que tenía que salir de casa” “No puedo dejar de pensar en lo que no salió bien en el día. Me despierto hasta tres veces en la noche y he cambiado mis rutinas de sueño. Luego de la separación con mi exmarido, parece que todo se me ha salido de control” “Ahora es así, me paralizo y no puedo dejar de comer de más cuando él se va y me deja hablando sola” “Se me dificulta la respiración a veces, vienen esos pensamientos de que no soy suficiente, no lo voy a lograr, los otros me juzgan o que todo va a ser difícil” “La verdad es que empiezo con mucha motivación en este trabajo cualquier tarea, pero me cuesta mucho concentrarme y luego me atormento por perder el tiempo” Estos son algunos de los testimonios de mujeres que han participado en los encuentros de Ella Migra. Gracias a las numerosas preguntas que me han dejado por correo electrónico y en las redes sociales, hago esta nota con información clave sobre la Ansiedad. No dudes en escribirme si tienes alguna consulta particular o quieres vincularte a las actividades de Ella Migra. La ansiedad es una respuesta de lucha-huida, llamada de esta forma porque todos sus efectos están dirigidos a combatir el peligro o escapar del mismo. El propósito de la ansiedad es proteger al organismo, no dañarlo. Esto es algo que tiene que quedar muy claro, la evolución nos ha dotado de este sistema porque nos ha ayudado, y nos ayuda actualmente, a adaptarnos mejor al entorno. No heredaríamos algo que nos pudiera ocasionar un daño permanente o poner en riesgo nuestra integridad física o salud. Sin embargo, cuando la ansiedad afecta a una persona de manera que le provoca un funcionamiento anormal en alguna de las áreas de su vida (relaciones con los demás, sexualidad, poder personal, regulación del sueño o la alimentación o desempeño en el trabajo, etc.), entonces estamos hablando de un trastorno de ansiedad. Las manifestaciones de la ansiedad son identificables en su componente físico para muchas personas, pero su expresión clínica o sintomática está primariamente determinada por factores culturales. Del mismo modo, la migración, como fenómeno generador de estrés, supone un factor de riesgo para el desarrollo de cuadros de ansiedad y depresión. La adaptación cultural a nuevas reglas de vida, la inserción en un nuevo idioma y la manera de expresar las emociones, los trámites burocráticos, el acceso a derechos como la salud, el trabajo o el reconocimiento de la ciudadanía y los retos y dificultades en la comunicación bicultural entre parejas, relaciones parentales y familias; son tal vez los principales retos de las mujeres inmigrantes en la actualidad. ¿Qué es ansiedad? La finalidad de la ansiedad es proteger al organismo y sus intereses. Si nos encontramos ante una situación de peligro (fuego en el edificio, por ejemplo) tenemos que estar preparados para una acción inmediata, necesitamos que en nuestro cuerpo se produzcan una serie de cambios, encaminados a superar con éxito la situación (escapar de la llamas, sobrevivir). Nuestro actual mecanismo de defensa es heredero del que como especie hemos ido desarrollando a lo largo de miles de años de evolución. Los peligros a los que estaban expuestos nuestros antepasados estaban ligados a la supervivencia y a funciones primarias de lucha y huida (luchar contra los animales, competir contra otros humanos, correr, pelear, esconderse…). Todas estas, son acciones que requieren una activación muscular alta. En la actualidad hay muchos peligros que no se resuelven atacando o luchando pero, sin embargo, seguimos conservando el componente de alta sobre-activación motora cuando interpretamos que una situación es peligrosa. El encargado de coordinar dicha activación motora y todos los cambios físicos que supone es el Sistema Nervioso Autonómo (SNA), también conocido como Sistema Nerviosos Vegetativo. Conozcámoslo un poco mejor antes de detallar la respuesta de lucha-huida. Los procesos atencionales juegan un papel destacado en la respuesta de ansiedad: nos fijamos más en las señales que tienen que ver con la amenaza. Se produce, en este sentido, un cambio en la prioridad de las acciones que llevamos a cabo, de modo que lo relacionado con lo peligroso recibe la condición de preferente. El objetivo principal es protegerse y/o prepararse para superar los peligros: Luchar, enfrentarse con el problema. Escapar o huir de la situación amenazante. Evitar la situación amenazante, en los casos en que la anticipemos. Quedarse paralizado o inmovilizado ante la situación amenazante. Es una respuesta más habitual en el reino animal, que se constituye como la alternativa más eficaz en los casos en los que no son posibles las anteriores. La reacción suele frenarse cuando nos sentimos a salvo, cuando el peligro ya no está presente. Para refrenar la respuesta de ansiedad suelen ponerse en acción, por un lado, el Sistema Nervioso Parasimpático, que como hemos visto anteriormente se encarga de proteger y reparar al organismo; por otro lado, el organismo libera una serie de productos químicos que destruyen la adrenalina y la noradrenalina, con la consecuente sensación de desactivación. A pesar de su valor adaptativo, la Ansiedad se convierte en problemática cuando: Si la ansiedad pasa de ser un episodio poco frecuente, de intensidad leve o media y duración limitada, a convertirse en episodios repetitivos, de intensidad alta y duración prolongada. Si la ansiedad deja de ser una respuesta esperable y común a la de otras personas para unos tipos de situación, y pasa a ser una reacción desproporcionada para la situación en la que aparece. Si la ansiedad conlleva un grado de sufrimiento alto y duradero, en lugar de limitado y transitorio, e interfiere significativamente en diferentes áreas de la vida de la persona que la padece, causando molestias generalizadas que afectan a los hábitos básicos de la persona: ritmos de sueño, alimentación y nivel general de activación. La ansiedad aparece sin darnos cuenta y nos desborda. De acuerdo con diversos estudios, las mujeres somos más propensas a padecer trastornos de ansiedad por algunas causas como: 1. Estrés. Se sitúa como la causa número uno de la ansiedad. Sus síntomas son tan parecidos, que muchas veces ambos trastornos se confunden. El estrés generado por el ritmo de vida actual, cuando no podemos controlarlo, deriva en un trastorno de ansiedad, que a su vez puede desembocar en una depresión. Dados los diferentes roles en los que una mujer se mueve (madre, expatriada, amiga, trabajadora, emprendedora, profesional, hermana, hija...) y la búsqueda que ella tiene de equilibrar diferentes facetas de su vida (salud física, bienestar emocional, autonomía, desarrollo económico, redes de apoyo, paz mental, desarrollo personal), se enfrenta a diversas situaciones que la retan para desarrollar herramientas de resiliencia y empatía consigo misma. 2. Responsabilidad. El exceso de responsabilidad es otro de los motivos más frecuentes de la ansiedad. Las mujeres son especialmente sensibles a este problema ya que tenemos que convertirnos en súper-mujeres con funciones que van desde ser la amiga más divertida del mundo, la esposa más abnegada, la mujer mejor adaptada a la nueva cultura con fluidez en el idioma, la mujer disciplinada con el ejercicio y la alimentación, la mujer que reconoce siempre lo positivo y está siempre feliz, hasta la madre más comprometida, pasando por ser la profesional exitosa y la amante perfecta. 3. Perfeccionismo. Muchas mujeres necesitan hacerlo todo bien y son incapaces de delegar porque deben tenerlo todo bajo control. No aceptan cometer errores en ningún ámbito de su vida, por ello tienen una fuerte disposición a padecer un trastorno de ansiedad. 4. Inseguridad. Una débil percepción de una misma, una escasa valoración de las capacidades propias o la falta de autoestima es también causa de ansiedad. En muchos entornos machistas (llámese familia, trabajo, nueva cultura) ocurre esto. Vivir en la inseguridad es vivir con temor a hacerlo todo mal, a que todo salga mal. Por eso, la inseguridad precede a la ansiedad. Así mismo, la dificultad que a veces desarrollamos para decir: No sin miedo y Sí sin culpa, es otro factor desencadenante. 5. Desequilibrio emocional. No saber cómo lidiar con la rabia o la tristeza, con la frustración o el desgano y querer salir de ellos a como dé lugar sin entender esas emociones; tener miedo a soltar las certezas, cargar con sufrimiento del pasado o dificultades para cerrar ciclos y personar, entre otros, puede provocar un trastorno de ansiedad. Esto deriva frecuentemente en una depresión. 6. Acumulación de situaciones adversas. La ansiedad también puede ser como consecuencia de un periodo largo de situaciones vitales adversas. Es cierto que a veces las cosas se tuercen y se tuercen todas a la vez. De ahí surge la necesidad de acudir a procesos en salud mental que nos permitan aprender herramientas de inteligencia emocional, empatía, regulación emocional y resiliencia para mantenernos en esperanza y paz ante las adversidades. La ansiedad se presenta de manera desproporcionada y en ocasiones se desencadena sin motivo aparente. En estos casos, cuando aparece inadecuadamente o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales, debemos comenzar a mirarla como un trastorno y acudir de inmediato a un especialista. Tipos de ansiedad. Puesto que las personas experimentan los trastornos de ansiedad de diferentes maneras, los psicólogos y psiquiatras han creado categorías para cada uno de los diferentes tipos de ansiedad. Son las siguientes: Trastorno Obsesivo compulsivo (TOC) Trastorno por Estrés Post Traumático (TEPT) Trastorno de pánico Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAD) Fobia Social Agorafobia Fobia específica ¿Qué me ayuda para controlar la Ansiedad? 1. Ejercicio físico El ejercicio físico nos ayudará a evitar el exceso de activación del sistema nervioso y a conseguir un sueño más reparador. Si nuestro estado físico no nos permite la realización de ejercicio podemos optar por ritmos suaves a intervalos breves. 2. El sueño y los hábitos de alimentación Una alimentación desequilibrada puede perjudicar a algunos síntomas gastrointestinales asociados con algunos estados de ansiedad, una alimentación saludable y equilibrada nos ayudará a controlarla. Respecto al sueño, los beneficios de dormir bien son obvios, si vemos que la ansiedad no nos deja dormir (o peor, el pensamiento de que no podemos dormir, no nos deja dormir) podemos optar por leer algo aburrido hasta que el propio sueño venga a visitarnos. 3. Amor propio Algunas veces nos cuesta conectarnos con la simpleza del descanso. Algo que te va a permitir empoderar tus proyectos, mejorar tu ánimo e incluso fortalecer tu relación con tu salud, cuerpo y relaciones, es procurar de manera diaria, espacios para invertir en ti desde el descanso y la creatividad. Escribir, decorar tu casa, hacer caminatas, tener un cuaderno o diario de notas personales, dormir horas de más, rechazar alguna invitación que no quieras del todo, crear nuevos platos y recetas, inventar nuevas y simples combinaciones de alimentos naturales, hacerte mascarillas y tomarte un baño caliente, re ordenar tu ropa, ver una serie, leer un libro, hacerte notas de amor y atreverte a escribir un mensaje a algo o alguien que te emocione (más allá de la respuesta que recibas), son sólo algunas actividades esenciales para cultivar el amor propio. Esto es esencial para tu bienestar personal y es la gasolina para tus sueños. 4. Meditación y Mindfulness Es probable que ya hayas oído hablar del Mindfulness, es una técnica de meditación que te ayudará a conseguir la atención plena. Estas estrategias, sumadas a técnicas de respiración, psicoterapia y contar en tu casa con un espacio totalmente tuyo y creativo, te permitirán mantenerte consciente del cuerpo que habitas. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • 5 claves para una maternidad consciente.

    Vivimos en un momento de informaciones volátiles y constantes, de vínculos frágiles en donde la empatía se reduce a simpatía. Diariamente llegan a mi consulta o a mis espacios virtuales y presenciales de conversación mujeres con preguntas vitales y experiencias emocionales contrastantes alrededor de la Maternidad. El maternar, se hace aún más diverso y multifacético ante la experiencia migratoria los cambios ocupacionales, románticos, sexuales, emocionales, hormonales y sociales que vivimos las mujeres en la adultez. Hay tanta información disponible en redes y son tantas las creencias personales, sociales y culturales que se tejen alrededor de la maternidad consciente, que es difícil no frustrarse en intentar poner en práctica “técnicas” que, si bien pueden llegar a ser prácticas, están descontextualizadas de la historia personal y experiencia psicoemocional de la madre y su entorno. No hay una experiencia de maternidad igual a otra ni siquiera en una misma madre y sus diferentes hijos; por eso es importante pensarnos la maternidad en clave de vínculo, apego, ternura, empatía, libertad, creatividad, espiritualidad, humanidad y cuidado personal. Sin duda, gracias a todos los estudios de comportamiento humano y evolución animal, es cierto que un vínculo sano y un proceso de parto y gestación seguro permiten conexiones neuronales y emocionales más profundas, diversas, maduras, sanas e inteligentes emocionalmente, y eso sin duda repercute en una vida juvenil, adulta y experiencia social y cultural, mucho más sana y rica en bienestar. La maternidad consciente es el trabajo personal que realiza cada madre desde el proceso de gestación y parto en adelante y se encuentra dentro del paradigma de la crianza respetuosa, que tiene como fin respetar a los hijos como personas y observar sus necesidades. Desde la gestación, la mujer va experimentando sensaciones y emociones que la llevan a ir cambiando su forma de ver la vida, y nace la inquietud del impacto que provoca la llegada de un hijo, este quiebre se conoce como fusión emocional, es donde se forma la diada mamá-bebé y que tiene relación con soltar todo desde el interior, pero a su vez abrazar a la nueva vida. Al ser mamíferos que nacemos de un vientre materno, la constitución psíquica y física de toda la infancia, dependerá de la madre y su historia emocional pasada, de la que generalmente no tenemos claridad alguna o que creíamos que era indiferente. Si se tuvo una infancia donde hubo soledad, desamparo, mentiras, desarraigo emocional o distancia afectiva, es decir si no hemos sido amadas en nuestra infancia y, sobre todo, sino hemos trabajado en un espacio profesional esa historia primaria, no sabremos ni podremos saber cómo amar a otro. Ser una madre consciente te permite criar, amar y tener un vínculo más libre ante todo contigo misma y por consiguiente con tu familia extensa e hijos(as). Algunas claves que nos llevan a vivir la experiencia de Maternidad Consciente son: CLAVE # 1: No hay emociones positivas o negativas. Tienes que saber que no hay emociones positivas o negativas, todas cumplen una función reguladora en nuestro organismo. Las convertimos en negativas cuando las reprimimos, por eso es esencial liberarte de la necesidad de anclarte a una emoción o pensar que algo está mal contigo sino te sientes en modo “positivo, feliz, agradecido” todo el tiempo; el experimentar diversas emociones nos hace seres en evolución y consciencia. Hay 4 emociones básicas: La alegría es la emoción de la inocencia, del corazón. La alegría nos abre, nos conecta con el mundo, con nuestros seres queridos, nos da una sensación de unión con el todo. La tristeza aparece cuando no se han cumplido nuestros deseos o expectativas. Entonces hay una sensación de pérdida, de duelo. Significa que queremos que las cosas permanezcan como están, pero la vida es cambio y nos duele adaptarnos. La tristeza Te lleva hacia dentro, a contactar contigo misma, a retirarte del mundo, a cuidarte. Las lágrimas nos ayudan a liberar ese ‘algo’ a lo que estamos apegados, así pues, la tristeza nos libera. La rabia que te ayuda a proteger tu intimidad cuando se ven invadidas tus fronteras personales. La rabia ayuda a poner límites, te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio. Muchas veces no sabemos cómo poner esos límites y por eso nos enfadamos, es la única manera de ponerlos. Cuando te venga la rabia pregúntate, ¿cuál es el límite que quiero poner y no estoy poniendo? ¿Cómo lo podría manifestar de una manera más calmada? El miedo es una emoción que te ayuda a protegerte. Nos pone en estado de alerta, nos agudiza los sentidos. En el fondo El miedo es nuestro amigo, es como un radar para nuestro viaje por la vida que nos enseña a prestar atención a lo que ocurre a nuestro alrededor. El miedo tiene también mucho que ver con el apego, como la tristeza, con perder lo que tenemos. Durante el embarazo los miedos se disparan: miedo al parto, al dolor, a que mi bebé nazca sano, a cómo cambiará mi vida y un largo etc. La cuestión es que los miedos no te desborden o se conviertan en una obsesión. CLAVE #2: No seas tu propio Juez, ni Juez de los otros. Acepta todas las emociones que sientas. Ahora que ya conoces las 4 emociones básicas y que sabes que todas cumplen una función positiva en nuestro organismo, vamos a por la segunda clave que se deriva de la primera LA ACEPTACIÓN. No pasa nada si te sientes triste, o enfadada o si tienes miedo, deja que tus emociones fluyan, no las reprimas, exteriorízalas con tus personas de confianza y que te escuchen y date el permiso para sentir venga lo que venga. Es muy importante tener en cuenta que estas emociones no sean nunca desbordantes, si te sientes desbordada durante en tu día a día y no cesa acude a un profesional en Psicología. CLAVE #3: Comparte estas emociones con tu hijo(a). Muchas madres vienen a mi consulta preocupadas por cómo se transmiten las emociones a su bebé. Y yo siempre digo lo mismo, lo que está sintiendo tu hijo a través tuyo es un gran aprendizaje para su futura vida en el mundo. Durante la gestación, por ejemplo, las investigaciones nos dicen que ellos no sienten las emociones como nosotros, sino que todo es mucho más sensorial, a través del cuerpo, la piel, la energía, lo sutil… así que lo mejor es hacer partícipe a tu hijo de tus emociones: háblale de ellas, cuéntale porque estás como estás, comparte con él o ella, nómbrale la emoción que estas sintiendo, y verás cómo te sentirás mucho más aliviada. Así mismo, compartan y aprendan de manera conjunta estrategias para tramitar esas emociones, como por ejemplo pintar, escribir, respirar, bailar. La técnica del “tiempo fuera” esta siendo revaluada dado que una distancia sin sentido puede hacer más daño que el acompañarnos juntos a observar y dejar fluir la emoción; la meta no es dejar de sentir, sino cómo volcamos las emociones densas en experiencias liberadoras. CLAVE #4: La Maternidad Consciente es Maternar en Tribu. Comparte tus emociones con tus personas de confianza. Tus amigas, tu madre, tu pareja, tu terapeuta, quien quieras. Sólo te pido una cosa: busca bien a alguien que te escuche profundamente, que te permita vaciarte y que simplemente después pueda abrazarte; no busques consejos y libérate de esa necesidad; no hay consejería mejor que la de cultivar tu propia intuición, respetarte, honrarte, asumirte como la mujer de roles diversos (recuerda que la maternidad es sólo uno de ellos) y por supuesto, acudir a expertos en salud mental y física. Otra manera de compartir tus emociones es a través de la escritura, puedes llevar un diario emocional de tu maternidad. La escritura emocional es sanadora. CLAVE #5: Permítete decir No. Baja el ritmo. El vaivén emocional también tiene mucho que ver con el ritmo de vida, a más prisas, más estrés, y a más estrés, más emociones desbocadas. Identifica las fuentes de estrés en tu vida y suprime o cambia las que puedas. Haz menos cosas, ve más despacio, una cosa a la vez, tomarte descansos durante el día que te ayudará a fluir mejor con tus emociones. Practica la respiración consciente. A más relajación, mejor manejo de las emociones. Cultiva tu propio proyecto de vida. Recuerda que eres sexual, emocional, biológica, mental, social, espiritual; no niegues esas esferas ni tomes la maternidad como limitante. Integrarte es tu llamado. Algunos autores que te recomiendo: Frederick Leboyer en su precioso libro “Por un nacimiento sin violencia”, nos acerca al nacimiento desde la perspectiva del bebé, otorgándole el papel protagonista que le pertenece. John Bowlby escribió un artículo titulado “The Nature of the Child’s Tie to his Mother”. Por su parte Harry Harlow publicó el mismo año “The Nature of Love”. Ambos escribieron sobre el apego y su función primordial en la salud del bebé. Otros estudios antropológicos realizados por Margaret Mead en su extensa obra, Jean Liedloff en su obra “El concepto del continuum”, o Meredith F. Small en “Nuestros hijos y nosotros”, nos recuerdan que las sociedades más apegadas y cuidadosas con la naturaleza, en las que predomina la armonía, son aquellas que tratan a los niños con igualdad, dignidad y respeto. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

  • 5 pasos para entender las heridas emocionales.

    “Cuando una mujer toma la decisión de abandonar el sufrimiento, la mentira y la sumisión. Cuando una mujer dice desde el fondo de su corazón: ‘Basta, hasta aquí he llegado’. Ni mil ejércitos de ego y ni todas las trampas de la ilusión podrán detenerla en la búsqueda de su propia verdad. Ahí se abren las puertas de su propia Alma y comienza el proceso de sanación. El proceso que la devolverá poco a poco a sí misma, a su verdadera vida. Y nadie dijo que ese camino sea fácil, pero es ‘el Camino’. Esa decisión en sí abre una línea directa con su naturaleza salvaje y es ahí donde comienza el verdadero milagro” Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas emocionales. Estas heridas pueden ser múltiples y podemos llamarlas de muchas formas: traición, humillación, desconfianza, abandono, injusticia, engaño.... y a su vez, van asumiendo en el transcurso de nuestra vida diversas máscaras: desconfianza, egocentrismo, crítica, rabia, prepotencia, miedo, evitación y hasta violencia. Ya me habrás escuchado en reiteradas ocasiones de decir que podrás recorrer el mundo entero, pero tendrás que volver a ti. Y es que podrás recorrer diversos caminos y fórmulas de sanación, pero hasta que no te confrontes con tu memoria emocional, hasta que no cierres en amor, profundidad y trabajo psicológico viejos patrones de relación (aprendidos, heredados o elegidos), todo vendrá nuevamente en nuevos personajes y situaciones hasta que elijas ir profundo y amorosamente en ti y aprender las lecciones necesarias para tu evolución. Y esas lecciones te servirán para tener una vida profesional, ocupacional, laboral, familiar, social, romántica, sexual, económica, física y espiritual, mucho más sana, integrada y libre. A veces vienen personas y situaciones que nos retan, nos dañan, nos duelen o simplemente nos incomodan, esas personas encaran espacios que nos recuerdan desde diversos niveles nuestras heridas sagradas. Entonces no sólo basta con alejarse o cortar con esas relaciones (ahora que está de moda decir que basta con alejarse o cortar relaciones tóxicas), se trata también de recibir cuidadosa y afectivamente, lo que ellas reflejan de nuestra estructura mental, vital y emocional. 1. Recibe la herida como parte de tu aprendizaje. La herida existe, puedes estar o no de acuerdo con el hecho de que existe, pero el primer paso es aceptar esa posibilidad. Según Lisa Bourbeaur, aceptar una herida significa mirarla, observarla detenidamente y saber que tener situaciones que resolver forma parte de la experiencia del ser humano. No somos mejores o peores solo porque algo nos haga daño. Haberte construido tu coraza de protección es un acto heroico, un acto de amor propio que tiene mucho mérito pero que ya ha cumplido su función. Es decir, te protegió de los ambientes que te dañaron, pero una vez que la herida está abierta y la puedes ver, es momento de pensar en sanarla. Aceptar nuestras heridas resulta muy beneficioso, entre otras cosas, porque nos ayudará a no querer cambiarnos a nosotros mismos. 2. Considera el hecho de que lo que reprochas de los demás, lo haces tú también. La voluntad y la decisión de sobreponernos a nuestras heridas es el primer paso hacia la paciencia, la compasión y la comprensión con nosotros mismos. Estas cualidades que desarrollarás para ti mismo, irás desarrollándolas para con los demás, lo que alimentará tu bienestar. A veces no nos damos cuenta de que ponemos nuestras expectativas vitales en los demás, esperando que suplan nuestras carencias y que colmen nuestras esperanzas. Lo cierto es que nuestro comportamiento lleva a anular nuestras relaciones y gran parte de nuestra vida, generando gran malestar porque los demás no responden como esperamos. 3. Date el permiso para enfadarte con aquellos que alimentaron esa herida. Cuanto más nos dañen y más profundas sean nuestras heridas, más normal y humano resultará culpar y sentir enfado hacia quien nos perjudicó. Date permiso para enfadarte con ellos y perdónate a ti mismo. De lo contrario, desahogarás todo ese rencor contigo mismo y con los demás, pues si lo haces es como si estuvieras arañando tus heridas de forma constante. Sentirse culpable dificulta el perdón, pero liberarnos de esa culpa y el rencor es la única forma de sanar nuestras heridas. También es necesario perdonar, pues debemos aceptar que las personas que hieren es probable que lleven dentro un profundo dolor. Nosotros mismos dañamos a los demás con las máscaras que nos ponemos para proteger nuestras heridas. 4. Ninguna transformación es posible si no aceptamos nuestras heridas emocionales. Estas heridas emocionales te van a enseñar algo, aunque es probable que te cueste aceptarlo porque nuestro ego crea una barrera de protección bastante eficaz para ocultar nuestros problemas. He visto muchas mujeres con máscaras del ego disfrazadas de éxito y libertad, y en eso, terminan pasando por encima de relaciones, personas y en desconexión total de empatía por ellas mismas y su entorno. Lo cierto es que, normalmente, el ego quiere y cree tomar el camino más fácil, pero en realidad nos complica la vida. Son nuestros pensamientos, reflexiones y actuaciones los que nos la simplifican, aunque nos parezca demasiado complicado por el esfuerzo que requiere. Intentamos esconder la herida que más nos hace sufrir porque tememos mirar de frente a nuestra herida y revivirla. Esto nos hace portar máscaras y agravar las consecuencias del problema que tenemos, pues, entre otras cosas, dejamos de ser nosotros mismos. 5. Date tiempo para observar cómo te has apegado a tu herida. Lo ideal es deshacernos de estas máscaras cuanto antes, sin juzgarnos ni criticarnos, pues esto nos permitirá identificar cómo debemos tratar nuestras heridas para sanarlas. Es claro que Sanar es un proceso. El tema no es olvidar o no sentir dolor, el tema es adquirir en proceso psicológico, consciente y de introspección, diferentes niveles de consciencia sobre nuestras emociones y no permitir que el miedo, la angustia, la ansiedad, la tristeza, la dependencia, la soberbia, el egoísmo, la frivolidad, la rabia, el temor, la desesperanza o la ansiedad se apoderen de nosotros y nos impidan aprender e ir profundo de corazón a corazón en nuestros viajes, migraciones, relaciones y retos. Te abrazo y espero en Psicoterapia. Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.

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