top of page

Depresión: Mucho más que tristeza. Claves de comprensión y salvación.

Actualizado: 4 oct 2021

“No estás deprimido estás distraído, distraído de la vida que te puebla”, decía el gran Facundo Cabral. Habrá que leer la poesía en sus canciones para sentir la nostalgia de los años y el aprendizaje de un hombre que vive y observa sus emociones.


Sin embargo, esa frase esconde ese afán que todos los seres humanos llevamos dentro: El de sentirnos plenamente bien y buscar a toda costa esquivar o salir de situaciones que nos generen incomodidad, tristeza, desolación o incontrolabilidad. El control es una ilusión dicen algunos, mientras otros sostienen que es posible vivir siempre en estados de felicidad.


Sea cual sea tu búsqueda, tu estado de consciencia, el manejo que tengas de tus emociones y tu postura ante la vida, lo cierto es que la inteligencia emocional y la capacidad de creatividad tanto en términos neuronales como psicosociales, esta estrechamente relacionada con tu capacidad de transitar, vivir, experimentar y aprender de diversas emociones. No es sano el extremo de la euforia o la búsqueda obsesiva por mantenernos sólo en el placer, como tampoco es sano mantenernos en la nostalgia, el pasado, el miedo inmovilizante y la tristeza.


Cada persona es un universo de historias, sentires y posibilidades tan único como su ADN, por tanto, los tips y fórmulas para que la mente sólo genere pensamientos positivos, son escenarios insostenibles y poco sanos en términos del desarrollo personal y el establecimiento de relaciones auténticas y profundas; hay sentires que no se solucionan solamente pensando positivo o aislándose de todo lo “tóxico” en el afuera. Realmente hay tristezas y emociones tan densas, que hay personas que por más que lo quieran y se esfuercen, les cuesta ver la vida de otros colores y sucumben ante estados de depresión. Esto no discrimina edad, sexo, condición social, postura ideológica, nacionalidad ni cultura.


Sin embargo si es cierto que trabajando en la historia personal, revisando el contexto cultural y familiar en el que crecimos, descubriendo las ideas y prácticas sociales que nos limitan, conociendo nuestro cuerpo y acudiendo a espacios conscientes y profesionales, podemos entrenar nuestro pensamiento y atender nuestro cuerpo empezando por la respiración y los procesos biológicos básicos, para poder desarrollar habilidades en gestión emocional, empatía, pensamiento creativo, resiliencia, comunicación efectiva, autoestima y regulación emocional para vivir nuestra vida desde una postura responsable, amorosa, apreciativa y agradecida de nuestra vida, relaciones, historia y los retos diarios que nos vamos encontrando.


La depresión es una condición real con la que muchas personas alrededor del mundo conviven siendo una de las 3 primeras causas de incapacidad laboral, deserción escolar y hospitalización psiquiátrica en el mundo de acuerdo con la OMS; hay que decir que son especialmente las mujeres quienes son diagnosticadas con esta condición. Pero vamos a entenderla un poco más….


¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. La depresión corresponde a su vez, a una serie de condiciones neuropsicológicas (unipolar y bipolar), que puede comprender sintomatología psicótica, tanto en el cuadro agudo como en los periodos inter-críticos, e involucra el funcionamiento del área cortical frontal y sus circuitos principales (amígdala, hipocampo, tálamo, circuito límbico).


La depresión es un trastorno mental muy frecuente que puede comenzar a cualquier edad y que en los casos más graves puede incluso llevar al suicidio. Aunque la probabilidad de padecer esta patología aumenta con la pubertad, la edad media de aparición del trastorno se sitúa en torno a los 35 años, siendo su prevalencia más alta en mujeres que en hombres. La duración de los episodios depresivos es muy variable y, aunque la mayoría se recupera en uno o dos años, cerca del 15% presenta un curso crónico. Este curso crónico está relacionado con otros trastornos mentales como pueden ser los trastornos de personalidad, los trastornos de ansiedad o el consumo de sustancias, entre otros.


En el curso del trastorno depresivos se pueden distinguir seis estadios:


Respuesta al tratamiento: la gravedad de los síntomas se reduce en más de un 50% respecto al nivel inicial del trastorno.

Remisión parcial: siguen apareciendo algunos síntomas, pero estos son menores. Ya no se cumplen los criterios diagnósticos de depresión y han transcurrido menos de dos meses desde que se dio el último episodio.

Remisión total: los síntomas han desaparecido durante al menos los dos últimos meses.

Recuperación: la remisión se mantiene durante más de seis meses recuperando el funcionamiento normal.

Recaída: reaparición de síntomas depresivos durante el periodo de remisión.

Recurrencia: aparición de un nuevo episodio con síntomas depresivos.



¿Cuáles son los síntomas depresivos?

Aunque el síntoma más representativo de la depresión es la tristeza no es el único ya que también pueden darse síntomas anímicos, motivacionales o conductuales, cognitivos, físicos o interpersonales. Así, la sintomatología depresiva puede clasificarse en:


Síntomas anímicos: tristeza, irritabilidad, incapacidad para sentir, sensación de vacío, ansiedad, etc.

Síntomas motivacionales y conductuales: anhedonia (incapacidad para sentir placer de tareas que anteriormente resultaban placenteras), apatía, abulia (falta de voluntad o energía para hacer algo), retardo psicomotor, inhibición conductual, etc.

Síntomas cognitivos: dificultades importantes en las funciones ejecutivas y en las capacidades cognitivas como memoria, atención, concentración, velocidad de procesamiento, distorsiones cognitivas, pensamientos de inutilidad y culpa, etc.

Síntomas físicos: alteraciones del sueño, alteraciones del apetito, deseo sexual inhibido, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, malestar gastrointestinal, etc.

Síntomas interpersonales: relaciones interpersonales deterioradas producidas, en muchos casos, por el rechazo que generan en los demás las personas que padecen depresión, debido a sus múltiples quejas y falta de motivación.


Enfocándonos en los síntomas cognitivos algunas de las capacidades cognitivas y funciones ejecutivas que primero se deterioran en personas con depresión son:


Atención: capacidad de generar, seleccionar, dirigir y mantener un nivel de activación adecuado para procesar la información relevante.

Velocidad de procesamiento: capacidad que establece la relación entre la ejecución cognitiva y el tiempo invertido. Permite procesar información de forma rápida y automática.

Aprendizaje: transformaciones relativamente estables en el comportamiento suscitadas por distintas experiencias que dan lugar a la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades.

Memoria: registra y almacena las distintas experiencias, ya sean ideas, imágenes, acontecimientos, etc.

Razonamiento: capacidad para resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los acontecimientos de manera que podamos establecer relaciones causales y lógicas.


¿Qué causa la depresión?

Existen múltiples factores que causan la depresión; la influencia genética es uno de los factores más importantes, aunque no el único ya que también puede verse influida por factores bioquímicos, factores personales o ambientales.


¿Cómo se trata la depresión?

Existen diferentes tratamientos que se han mostrado eficaces para la depresión entre los que se encuentran la terapia neuropsicológica, la terapia narrativa y la terapia combinada (tratamiento psiquiátrico, actividad física, psicoterapia, nutrición y en algunos casos). Antes de prescribir cualquiera de los tratamientos es importante realizar una evaluación neuropsicológica completa que nos permita obtener datos de interés para luego tomar decidir el tratamiento idóneo en cada caso.


Mucha gente que ha llegado a mi consulta ha intentado muchas estrategias entre las que se encuentran sesiones de coaching, consejerías, mentorías y uso de fármacos o antidepresivos auto-medicados! Los fármacos son el tratamiento más prescrito para la depresión a pesar de los efectos secundarios que conllevan. Suelen utilizarse los antidepresivos inhibidores selectivos de la receptación de serotonina ya que mejoran los síntomas y reducen los efectos secundarios en mayor medida que otros medicamentos.


Es necesario anotar que, al intentar esa combinación de tratamientos no profesionales en el caso de consejerías o tratamientos no prescritos por profesionales en salud mental expertos en depresión, las personas no están atendiendo la importancia de trabajar y enfocarnos en el entrenamiento conductual desde una perspectiva emocional, cultural y neuropsicológica.

Si estas pasando por momentos de tristeza profunda y te identificas con síntomas de depresión, recuerda que es normal sentir y tienes derecho a vivir cada emoción como lo sientas; no recurras desesperadamente a cualquier tratamiento o consejería, atiende tu salud mental en manos profesionales psicosociales, amorosos, conscientes y con tratamientos integrales que vayan más allá de la receta de medicamentos y de sesiones de consejería.

¿Cómo puedo ayudar a un ser querido que está deprimido?

  • Si conoces a alguien que tiene depresión, lo primero que debes hacer es ayudarla a ver un médico o profesional en salud mental.

  • Ofrécele apoyo emocional, comprensión y escucha sin juicio ni consejo. No compares su historia con la tuya ni con la de nadie más.

  • Nunca ignores ningún comentario sobre el suicidio e infórmale a su terapeuta o médico.

  • Invítale a salir a caminar, pasear o a otras actividades. Si ella no acepta tu invitación, sigue intentando, pero no le presiones para que haga demasiadas cosas demasiado pronto.

  • Recuérdale que la depresión desaparecerá con el tiempo y el tratamiento.


¿Cómo me puedo ayudar si estoy deprimida?

A medida que continúe el tratamiento neuropsicológico, poco a poco comenzarás a sentirte mejor. Trata de hacer las cosas que solías disfrutar antes de estar deprimida. No te presiones y recurre a espacios y profesionales en salud mental, por supuesto yo estoy aquí para escucharte y trabajar juntas.


Otras cosas que pueden ayudar incluyen:

  • Divide las tareas grandes en tareas pequeñas, y haz lo que puedas cuando puedas. Trata de no hacer demasiadas cosas a la vez.

  • Pasa tiempo con otras personas y habla con un familiar o amigo sobre lo que sientes.

  • Retrasa tomar decisiones importantes hasta que te sientas mejor. Habla sobre tus decisiones con otras personas que te conozcan bien.

  • Práctica alguna actividad física o que implique movimiento en tu cotidianidad.

  • Consume alimentos ricos en vitaminas, naturales, no procesados, poca azúcar y cafeína, evita y elimina el uso de sustancias psicoactivantes.

Te espero en mis espacios psicoterapéuticos.


Carolina,

bottom of page