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Dos trampas emocionales: Algunas ideas derivadas de la terapia breve estratégica.

Actualizado: 4 oct 2021


Los seres humanos entramos en trampas emocionales cuando usamos la misma estrategia a la hora de solucionar distintos problemas. Hoy te quiero hablar de dos.


La primera trampa emocional es la referida a generalizar la misma solución a un problema originado en momentos diferentes de nuestra vida, porque ese problema comparte similitudes con experiencias previas. Por ejemplo, hay personas que saltan de una relación de pareja a otra, utilizando el mismo mecanismo y repertorio de comportamiento para encarar situaciones problema (celos, sexualidad, expectativas…) y entonces, se encuentran en círculos inacabados en donde la opción de pasar de una pareja a otra tampoco funciona; es decir, sin notarlo, el problema no radica la pareja que eligen o dejan, sino en la manera en cómo se están relacionando y están siendo para repetir ciertos patrones de pareja.


Pero no repetimos comportamientos de acción o evasión sólo porque sí o porque en el pasado nos haya funcionado para alcanzar u ocultar algo; la naturaleza también “nos impone” el funcionamiento neurofisiológico de repetir aquellos parámetros que nos han funcionado anteriormente. En esta conjunción de procesos, nuestro pensamiento nos lleva a elaborar la misma estrategia ante todo tipo de problema y eso es lo que, en caso de no salir o sobrepasar nuestra expectativa, nos lleva a lo que llamamos frustración.


En el caso de los trastornos de Ansiedad, una de las cosas que puede estar relacionada, es que en las manifestaciones más fuertes como los ataques de pánico, lo que sale a flote es una manera que el cerebro ya conocía para reaccionar ante una demanda exterior estresante. Para quienes sufren de fobias específicas o han vivido parálisis por eventos de Ansiedad, es crucial notar cómo, cuándo y a través de quién, nuestro pensamiento quedó con la impronta de reaccionar con tensión, huida o parálisis ante un evento estresante que despierta en la memoria de algo traumático.


Sin embargo, como siempre digo, NO somos sólo mente y cuerpo y NO todo está en nuestras manos, compromiso o pensamiento como las posturas ligeras de consumo nos hacen pensar; y esto, porque el contexto social, económico y cultural en el que habitamos y nos desarrollamos, nos permite (o restringe) una serie de herramientas de bienestar o búsqueda del mismo. Al menos en lo que concierne en lo que podemos agrupar como “Occidente”, hemos sido educados y educadas en la racionalidad y la lógica; el problema es que tendemos a aplicar estos conceptos en momentos donde no se pueden aplicar. Muchas estrategias de amor, sexualidad, desarrollo, educación, salud, el llamado empoderamiento, entre otros, no le funcionan a todas las personas por igual, porque están elaboradas sobre una lógica preconstituida con base a una teoría que no tiene en cuenta la realidad en la que estamos.