La semana pasada hice un directo por mi cuenta en Instagram @ellamigra, hablando de este tema. El contenido que a continuación te presento responde a decenas de preguntas que me han hecho consultantes y participantes de mis actividades. Las resumí de la mejor manera que pude y espero el contenido te permita reflexionar un poco más y ser más empática contigo y el mundo; los testimonios que encuentras, son de consultantes mías que me han permitido compartirlos.
"Sufrí tocamientos por parte de hombres cercanos a mi familia de pequeña. Nunca le conté a nadie y a pesar de lo vergonzoso y extraño a nivel físico que sentí esos eventos, pensé que no había tenido implicaciones en mí. Tuve una vida sexual muy activa y precoz, inicié a los 12 años. Ya en mis 30, con unos quistes que me aparecieron, hice recuento de cómo había sostenido taquicardias muy fuertes a lo largo de varios años, los médicos no encontraban ninguna causa pues decían que mi corazón estaba normal. Al iniciar terapia contigo, encontré un montón de cosas incómodas relacionadas con esos tocamientos. Nos costó mucho y no fue mágico, pero las taquicardias han casi desaparecido".
¿Qué son las enfermedades psicosomáticas?
En términos generales se entiende que una persona sufre somatizaciones cuando presenta uno o más síntomas físicos y tras un examen médico, estos síntomas no pueden ser explicados por una enfermedad médica. Además, pese a que la persona pueda padecer una enfermedad, tales síntomas y sus consecuencias son excesivos en comparación con lo que cabría esperar. Todo ello causa a la persona que sufre estas molestias un gran malestar en distintos ámbitos de su vida.
¿Y qué tiene que ver el sistema familiar en esto?
"Empecé con un miedo intenso a engordar, contaba todas las calorías. Nunca fue eso muy raro porque mis compañeras en el colegio estaban con las dietas, los pantalones debajo del ombligo y retos detox en redes sociales. Lo vi normal. Con el tiempo me desmayaba seguido y comía menos y menos, mi mamá llego a conformarse con cualquier cosa que tomara al día con tal de no pelear conmigo. Un día me desplome y realmente ahora mejor sé que mi cuerpo ya no se va a recuperar de las consecuencias, mi piel y mis huesos fueron los más afectados. Con mi paso en la fundación, con el equipo con el que trabajamos, tu viste lo que me costó salir de ahí y luego de entender lo que pasó conmigo y con mi cuerpo, de entender cómo mi autoestima estuvo implicada, llegué también a entender que mi anorexia nerviosa, hacia parte de ese lugar que ocupé de mediadora culpable entre las peleas y el desprecio que mi mama y mi papa vivieron entre ellos por años"
El trastorno psicosomático se convierte en un indicador de un malestar que antes que nada hay que entender, y que hace referencia no sólo al individuo portador sino al contexto al que pertenece. Es el contexto el que le da sentido al síntoma y sólo teniendo en cuenta a éste, es posible decodificarlo. El síntoma entonces, si bien es corporal, adquiere un significado simbólico que va más allá del símbolo individual para convertirse en una “metáfora familiar”.
Los sistemas familiares con problemas psicosomáticos son complicados, con una delimitación inestable en las fronteras entre generaciones, con una tendencia constante a la intrusión en los espacios no sólo físicos, sino también emocionales de cada uno de los integrantes.
EL SÍNTOMA ES ENTONCES, UNA METÁFORA DEL SECRETO Y SOMBRA FAMILIAR.
¿Cómo se manifiestan en el cuerpo?
La psicosomatización puede producir la dispepsia funcional, el síndrome de intestino irritable, mareos, síndromes dolorosos (desde dolores articulares, cefalea o dolores lumbares o cervicales) o fatiga crónica. Otros cuadros menos frecuentes: episodios de dolor torácico (descartadas causas cardiovasculares) o síntomas urogenitales.
Para definir que un síntoma es producto de un trastorno psicosomático se necesitará llevar adelante un estudio juicioso que abarque con los tratamientos e identificación de la dolencia con origen somático.
Por otro lado, si bien múltiples enfermedades pueden tener síntomas inexplicados con un componente anímico, es importante recalcar que no todas las enfermedades pueden ser psicosomáticas.
¿Cuál historia "recuerda" el cuerpo?
“He pensado y tengo este miedo atroz, a que me quedaré sola. Tengo todo y nada. Hablo muchos idiomas y he trabajado durísimo por llegar a este país desarrollado. Y, sin embargo, parece que me quedaré como la amiga y familiar amargada y exitosa a los ojos de los demás. No fue cómodo carolina tengo que decir, que me hayas confrontado en esta terapia a mi historia de niña, pero ahora todo es más claro para mí y liberador. Crecí en una familia donde tuve que ganarme un lugar y donde mi madre estaba terriblemente confundida y separada de sí misma al nacer, y pues yo sin querer, desarrollé ese escaparme de todas las relaciones afectivas por temor a ese abandono primario inicial”
Cuerpo, memoria emocional y sentimiento de seguridad.
Las emociones son los conductores, a través de lo sensorial, lo visceral y lo propioceptivo, de regulaciones intercorporales en el apego en la díada madre–hijo, en los comienzos de la vida. Este vínculo de apego se continúa en parte en el psiquismo del adulto al interiorizarse la representación del objeto regulador. La emoción organiza la percepción, los pensamientos, la memoria, la fisiología, la conducta y la interacción social.
Sin embargo, la necesidad de contacto sensorial y propioceptivo es inextinguible puesto que éste es portador de sutiles regulaciones que activan o inhiben funciones fisiológicas en improntas corporales no conscientes que recorren los mismos circuitos que las emociones.
Esto provee cierta respuesta de por qué una pérdida puede desencadenar desregulaciones somáticas.
Cuando ese apego no fue satisfaciente, el sujeto queda librado a la repetición mecánica de sensaciones que lo calman, no lo satisfacen. Se propone la observación y utilización de las sensaciones corporales tanto del paciente como del terapeuta, indicando trabajo corporal con los primeros, sobre todo ante una pérdida, a efectos de re-unir lo sensoriomotor con lo biográfico.
¿Cuáles son las causas?
En lo referente a las causas, típicamente se ha descrito que cargas psicológicas como traumas, angustia o ansiedad persistentes pueden aportar a la génesis de estos trastornos, no obstante, no se puede descartar un componente hereditario. Se han planteado una serie de factores de riesgo para el desarrollo de trastornos interpretados como somatización: como el sexo femenino, menos años de educación o bajo nivel socioeconómico. De cualquier manera, hay que aclarar que la confianza que se tiene en esta información es baja a partir de la dificultad que existe en realizar estudios que analicen factores predisponentes.
¿Cómo se tratan las enfermedades psicosomáticas?
El tratamiento de estas patologías tiene como eje el abordaje multidisciplinario contemplando los elementos “orgánicos” por médicos o especialistas según corresponda, tratamientos de rehabilitación y un seguimiento por psicólogos o psiquiatras según corresponda. Este tratamiento se basa en un enfoque Bio-Psico-Social (siempre por equipos de salud mental, no por consejeros, coaches ni similar), en el cual se asume una relación entre elementos distintos a los biológicos tradicionales como causa de las enfermedades. Asimismo, se plantea que optimización de componentes psicosociales de la vida de los pacientes pueden mejorar el manejo de las enfermedades.
Te abrazo y espero en Psicoterapia,
Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.
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