Hoy llegó a mí está pregunta para un programa de radio en Alemania en el que participaré. Y de inmediato pensé en que te será muy valioso leer lo que respondí, porque es algo que a lo largo de los años, hemos venido reflexionando en las consultas que me llegan en procesos de terapia o mentoría:
El cambio es un proceso cognitivo asociado con el desarrollo del pensamiento y reestructuración emocional, al cual, las experiencias espirituales, culturales, familiares, sociales y de salud física, le aportan para potenciar procesos de resiliencia (que es la capacidad de aprendizaje ante situaciones emocionales complejas). Esto quiere decir que hablar de cambio es hablar de desarrollo de pensamiento y del cultivo de la espiritualidad. Todos cambiamos todo el tiempo. Recordemos cómo aprende de rápido un niño entre los 1 y los 5 años. Cuando nacemos, pareciera que fuera natural el cambio; un niño innova, crea, combina, se mueve rápido de un escenario a otro y es capaz de adaptarse a diferentes contextos; sin embargo, también rápidamente creamos zonas conocidas o de confort de las cuales nos cuesta salir porque nos permiten desarrollar rutinas de comportamiento. Y las rutinas son buenas, saludables y necesarias. Entonces el problema no está en las zonas de confort.
Es común que te digan que tienes que salir de tu zona de confort, y hay que entender que este llamado, se hace para que nos lancemos en la búsqueda de otras cosas, retos, experiencias, conocimientos, vivencias, relaciones, idiomas, culturas, recursos, emprendimientos y emociones, porque gracias a eso el cerebro puede desarrollar más conexiones neuronales (algo que llamamos plasticidad cerebral) y desarrollar más y mejores habilidades mentales, sociales y emocionales para responder a las situaciones que se nos presenten. El reto no está entonces sólo en salirnos de la zona de confort, sino más bien en AMPLIAR LA ZONA DE CONFORT… ¿Qué tal que tu zona de confort ya no sólo sea México, Colombia, Venezuela, Cuba, sino que además sea Alemania, Holanda, Italia? ¿Qué tal si tu zona de confort ya no es sólo un tipo de relación, hábito o comida, sino que amplias tu repertorio conductual para explorar otros sabores, movimientos y ampliar el estándar de tus relaciones?
(Está foto fue en Uruguay en un viaje inolvidable con mi hermoso hermano en el 2014)
Cuando amplias tu zona de confort te das la posibilidad de:
- Explorar y retarte en nuevas experiencias, lo cual te permitirá conocerte más a fondo
- Ir de lleno a las zonas oscuras que no has conocido de ti, y con ello no permitir que por temor o conocimiento éstas determinen los resultados de tu vida
- Potenciar tu luz y fuerza
- Conocer qué quieres y cómo lo quieres
- Saber y recibir lo que mereces
- Ponerle volumen a tus pasiones
- Reconocer el miedo como un trampolín y no como un villano o un obstáculo
- Elegir mejores relaciones que te reconozcan, valoren e impulsen
- Desarrollar tu intuición
- Medir tus fuerzas
- Aprender qué batallas contigo y con otros, eliges asumir para tu crecimiento
- Y definir la visión de tu vida… esa que te mueve la pasión y pone al servicio del mundo tus talentos; esa que no tiene límites geográficos, que no depende de nadie sino de ti; esa que saca lo mejor de ti; esa que hace grandes a otros mientras que tú brillas
Hacer nuestro proceso migratorio más ligero, está vinculado con recapitular las diferentes versiones de nosotras(os), recapitular nuestra historia (relaciones, vivencias, sueños, logros, retos) y embarcarnos en el proceso de desarrollar nuevas conexiones emocionales, mentales, espirituales, sociales, relacionales e incluso neuronales. Nos aligera entonces saber que somos seres siempre inacabados, en constante aprendizaje, nos aligera construir una visión y una historia que nos empodere alrededor de cómo al ir transitando por esta nueva experiencia de migración, iremos poco a poco convirtiéndonos en una versión mejor, porque aún cuando volvamos a nuestro país de origen, no volveremos siendo los(as) mismos(as) y eso ya es de entrada una aventura llena de adrenalina, expectativa, pasión, espíritu, amor y riesgo.
Te abrazo y espero en Psicoterapia.
Carolina Leguizamón M. Psicoterapeuta.
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