Amor propio y los 3 maestros.
Actualizado: 4 oct 2021
El amor propio es un deseo y tarea de todas las personas, en cualquier momento de la vida esta tarea toca nuestra puerta y nos pide revisar nuestras relaciones, prácticas de vida, pensamientos e historia. Más allá de todas las recetas vendidas por motivadores o cursos de positivismo, el amor propio responde a una tarea de autoconocimiento, autocrítica amorosa y sanación, como base para construir todas las prácticas mentales, comportamentales y de salud que asociamos con la experiencia de amarnos. Para lograrlo, hemos de aprender de los tres grandes maestros de la autoestima: los padres, la pareja y los hijos.
Gozar de una autoestima sana, fortalecida y resiliente, supone un proceso en espiral, de avances y retrocesos constantes a lo largo de la vida. Esencialmente, en ese proceso tomamos consciencia de cómo el amor no supone una experiencia que nace por generación espontánea, sino que supone el compromiso pleno y cotidiano por el cuidado. La máxima experiencia del amor radica en darlo, recibirlo y experimentarlo.
Durante esta interminable historia de amor, nos encontramos con tres grandes maestros espirituales, cuyas enseñanzas dan para toda una vida de aprendizaje. Cada uno de ellos, vino a mostrarnos y hacernos experimentar los matices de la vida, más allá de nuestra tendencia a resumir todo a positivo o negativo, bonito o feo. Esos maestros vienen llenos de experiencias, emociones y sentimientos muchas veces contradictorios. Lo que construimos con ellos, son recuerdos, alegrías, dolores, narrativas, pasiones y una suma de experiencias que nos permiten experimentar el mundo, experimentar nuestro propio mundo y desarrollar un sentido de “identidad”. Cada uno de ellos opera como espejo donde se refleja lo que queremos o no, lo que nos cuesta o no, lo que tememos o no, lo que amamos o no y la manera en cómo asumimos ante diferentes contextos, nuestras máscaras de vida y supervivencia. Sí, porque, aunque eso que llamamos “nuestra personalidad” tienda a la unidad, realmente está compuesta por diversas máscaras, personajes o maneras que se activan y desactivan según el contexto de relación en el que estemos.
Padres/madres, pareja e hijxs o la experiencia de serlo, protagonizan nuestros vínculos afectivos más íntimos. Son con quienes más mostramos nuestra vulnerabilidad y nuestras zonas grises y claras, nuestro afán de ser reconocidos, amados y aceptados. En la relación con ellos depositamos expectativas y proyectamos lo que no hemos podido resolver en nosotrxs mismxs.
En Psicoterapia cuento con ejercicios específicos para trabajar estos 3 maestros, así como hay disponibles en la actualidad diversos cursos y meditaciones que puedes encontrar en la Web y por último, estamos preparando un curso sobre las 4 medicinas de las heridas emocionales con una tremenda maestra de Yoga. Te espero ahí!