Cuando hablamos del amor propio no estamos hablando de ser narcisistas. Tampoco hablamos del uso constante del “yo, yo, yo” ni de vivir pensando únicamente en nuestros intereses propios. Cuando nos referimos al amor propio, tampoco estamos haciendo hincapié en luchar contra el mundo para poder expresarnos o conseguir aquello que queremos. No hablamos de un estado de desconexión emocional con el afuera en donde de manera consciente o no, pasamos por encima de nuestras relaciones, de las cosas que nos cuestan, de nuestro pasado o de las necesidades vitales de los otros. Tampoco estamos hablando de una lista de actividades de moda, de fitness o de estereotipos del mundo con respecto al éxito o la felicidad.
Hablar de Amor propio es hablar del autocuidado y del cuidado por las relaciones y el mundo emocional en el que habitamos; es mirar con espejo y no con lupa, las relaciones que han configurado y configuran nuestra historia como mujeres, haciendo consciencia de cuáles son las conversaciones sobre las cuales hemos cimentado nuestra identidad y los valores sobre los cuales emprendemos cada paso y cada día. La invitación al Amor propio es la búsqueda constante y consciente por enriquecer la mente con conocimiento, el cuerpo con arte y el alma con fe, en donde cada una nos lanzamos a la búsqueda honesta de vernos profundo e iluminar nuestras oscuridades, para que la luz inquebrantable de nuestro interior ilumine de tal manera que sane a su paso y no queme.
Amor Propio es avivar la llama de nuestro interior desde procesos de meditación, terapia psicológica y formación en el que cada una le pondrá su receta personal; aquel amor que nos permite mirarnos a nosotras mismas con cariño y respeto en lo que hemos sido, somos y queremos ser. Aquel que nos permite y nos facilita ser dueñas de nuestro poder, mediante el diálogo sincero.
Algunos pasos para mantenerse en Amor propio son:
1. Permanece atento y consciente
Las personas que tienen más amor propio tienden a saber lo que piensan, sienten y desean. Ellas son conscientes de lo que son y lo ponen en práctica y no actúan en función de lo que otros quieren para ellos.
2. Actúa en función de tus necesidades
Amar no significa cumplir con los deseos del otro, sino facilitarle lo que necesita. El amor hacia uno mismo funciona bajo el mismo principio. Si te centras en lo que necesitas te mantendrás apartada de los patrones de comportamiento automáticos que son poco saludables, esos que te dan problemas o que te mantienen anclada en el pasado.
3. Practica un buen cuidado personal
Una manera de aumentar el amor propio es cuidar más de tus necesidades básicas. Las personas que se aman a sí mismas se alimentan diariamente a través de actividades saludables, lo que incluye una buena alimentación, ejercicio, buen sueño, intimidad e interacciones sociales saludables.
4. Establece límites
Una persona que se ama a sí misma tiene valor para establecer límites y para decir «no» a todo lo que le afecta física, emocional o espiritualmente. Esta es sin duda una de nuestras cuentas pendientes, esa práctica que tanto nos cuesta pero que a fin de cuentas tan necesaria es para nuestro bienestar.
Practícala sin temores ni reparos. Los límites nos ayudan a mejorar la calidad de nuestras relaciones y en definitiva a aumentar el amor propio.
5. Protégete de las personas tóxicas
Amor propio es también saber desenvolvernos ante las situaciones más complejas sabiendo imponer nuestros derechos y necesidades; y así mismo, nuestras responsabilidades de empatía hacia los demás.
6. Perdónate a ti misma
Los seres humanos podemos ser muy duros con nosotros mismos. Ahora bien, ser responsables de nuestras acciones no implica que tengamos que castigarnos por ellas eternamente. Las personas que se aman a sí mismas aprenden de sus errores, aceptan su humanidad y se perdonan.
7. Vive con intención
Para aceptarse y amarse más, siendo consciente de lo que sucede en tu vida, es bueno que tengas al menos un propósito. Si tu intención es vivir una vida significativa y saludable, debes tomar las decisiones que apoyan esta intención.
No se puede amar a otro más de lo que uno se ama a sí mismo: por lo tanto, es necesario aprender a amarse para poder ofrecer amor un amor más auténtico y significativo a quienes nos rodean. Reflexionemos en ello, vale la pena.
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