"Ventana de tolerancia" es un término utilizado para describir la zona de excitación en la que una persona es capaz de funcionar con mayor eficacia. Cuando una persona se encuentra en esta zona, suele ser capaz de recibir, procesar e integrar información y responder a las exigencias de la vida cotidiana sin mayores dificultades. Esta ventana óptima fue denominada así por primera vez por Dan Siegel.
Cuando una persona se encuentra dentro de su ventana de tolerancia, generalmente el cerebro funciona bien y puede procesar los estímulos con eficacia. Es probable que esa persona sea capaz de reflexionar, pensar claramente y tomar decisiones con calma, sin sentirse abrumada ni retraída.
En momentos de estrés extremo, las personas suelen experimentar periodos de hiperactivación o hipoactivación.
La hiperactivación, también conocida como respuesta de lucha/huida, suele caracterizarse por hipervigilancia, sensación de ansiedad y/o pánico y pensamientos acelerados. La hipoactivación, o respuesta de congelación, puede provocar sentimientos de entumecimiento emocional, vacío o parálisis.
En cualquiera de estos estados, la persona puede llegar a ser incapaz de procesar los estímulos con eficacia. La región de la corteza prefrontal del cerebro se apaga, por así decirlo, lo que afecta a la capacidad de pensar claramente y a menudo conduce al desarrollo de sentimientos de desregulación, que pueden adoptar la forma de respuestas caóticas o excesivamente rígidas. En estos periodos, se puede decir que una persona está fuera de la ventana de tolerancia.
La ventana de tolerancia de cada persona es diferente. Quienes tienen una ventana de tolerancia estrecha pueden sentir a menudo que sus emociones son intensas y difíciles de gestionar. Otras con una ventana de tolerancia más amplia pueden ser capaces de manejar emociones o situaciones intensas sin sentir que su capacidad para funcionar se ha visto afectada de forma significativa.
La ventana de tolerancia también puede verse afectada por el entorno: las personas suelen ser más capaces de permanecer dentro de la ventana cuando se sienten seguras y apoyadas.
La mayoría de las personas se mueven entre estos diferentes estados de excitación de vez en cuando. Los traumas o el estrés extremo suelen aumentar las probabilidades de que una persona se hipoexcite o hiperexcite.
LA VENTANA DE TOLERANCIA EN RELACIÓN CON LA SALUD MENTAL
El estrés provocado por un acontecimiento traumático puede "empujar" a una persona fuera de su margen de tolerancia. Las personas que han sufrido un acontecimiento traumático pueden responder a los factores estresantes, incluso a los de menor importancia, con una hiperactivación o hipoactivación extremas. Como resultado de sus experiencias, pueden llegar a creer que el mundo es inseguro y pueden operar con una ventana de tolerancia que se ha vuelto más estrecha o inflexible como resultado. Una ventana de tolerancia reducida puede hacer que las personas perciban el peligro con mayor facilidad y reaccionen ante amenazas reales e imaginarias con una respuesta de lucha/huida o de congelación.
Las personas que actúan con frecuencia fuera de su margen de tolerancia pueden sufrir problemas de salud mental. Muchas personas son capaces de ampliar su margen de tolerancia y, al hacerlo, aumentan su sensación de calma y pueden afrontar el estrés de forma más adaptativa. La terapia, que proporciona un espacio seguro para que las personas procesen recuerdos y emociones dolorosos, puede ser un paso útil para muchos. Con la ayuda de un profesional de la salud mental, las personas suelen ser capaces de entrar en contacto con sus emociones sin llegar a estar tan desreguladas que no puedan integrarlas. Aumentar de este modo la capacidad de regulación emocional puede ampliar el margen de tolerancia y prevenir la desregulación.
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Psicoterapeuta
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