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Ponerle el corazón a todo.

Actualizado: 28 oct 2021

Yo le pongo el corazón a todo. Y no digo sólo que lo haga con ternura, digo que me apasiono y me comprometo con todo, especialmente con entender cómo el otro necesita ser querido(a). Me apasionan los libros, la poesía, la gente diversa, el arte, la danza, los juegos infantiles, la gente que investiga, las resistencias sociales, los artesanos, los campesinos, la gente que se sana humilde e incansablemente, las mariposas, los gatos, la lluvia, la majestuosidad de la mañana y la profundidad de la noche.

Ahora lo que pasa es que me apasiono tanto que en un mundo que no se compromete del todo y a veces todo se lo toma desde el prejuicio o la crítica, pues encuentro que la verdad es que no puedo esperar que los otros  me inviten a moverme para yo bailarme hasta la melodía del aire; entonces ahí he aprendido mucho. 

Sobre ponerle el corazón he aprendido que:

1. Ponerle el corazón no es dejarme llevar ciegamente por él, sino ponerlo a danzar con la razón, el intelecto, porque el mejor amor es un amor inteligente.

2. Ponerle el corazón es hablar mucho conmigo misma (intuición), si yo creo en un mundo ético pues tengo que empezar con mi propia ética, entonces ahí yo no lucho ni me dejo entrar en luchas, yo fluyo y soy consciente de los precios que estoy dispuesta a pagar.

3. Ponerle el corazón es observar toda la información y sentir alrededor, y tomar de eso lo que mejor sintonice con mi consciencia, espíritu y emoción, entendiendo cuándo es el ego el que me sesga y cuándo la humildad. 

4. Ponerle el corazón es