Tenemos que entender que la emoción es algo pasajero y que ninguna emoción se queda para siempre. No hay un ideal de emoción, no se puede sobrevalorar el estar feliz ni salirle corriendo a la tristeza. A mi me encanta la película de Pixar que se llama Inside Out o Intensamente; es un excelente ejemplo de cómo humana y espiritualmente necesitamos de todas las emociones. Lo que hacemos por ejemplo en Ella Migra es entrenar en Gestionar las emociones, explorando lo mejor de cada una. No es sano negar ninguna emoción ni pretender que todos debemos asumir en un mismo estado emocional todos los sucesos. Es más, gracias a las emociones que nos cuestan como la tristeza o la rabia, ¡es que podemos ser más empáticos!
Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato e influidos también por la experiencia.
En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.
Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.
Hay 6 tipos de emociones Básicas:
MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.
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